Cuando esté vieja,
María del Carmen,
─falta tanto─,
te seguiré imaginando
dulce como la arropía,
energética como el polen de
abeja
y cariñosa como las manos
arrugadas de una madre
abnegada
que ama más allá de sus
fuerzas.
Cuando tú no estés
o cuando yo me haya ido
sin billete de regreso,
caminaremos por la Costanera
los muchos paseos aplazados,
y veré en tus ojos tu
sonrisa
y los sufrimientos
angelicales
que silencias
por no dar que sufrir.
Cuando desde la ribera del
Guadalquivir
vea bajar las aguas buscando
el encuentro salado del
Atlántico,
ahí imaginaré el Paraná
y tu presencia eternizada
en el espejo de sus aguas.
Cuando tú no estés,
o cuando yo me haya ido,
te seguiré pensando
y bañándome en tu sonrisa
para melarme de tu dulzura.
"...Y seguirán los pájaros cantando y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco."
ResponderEliminarSi quedo en pie, me quedará el recuerdo de los que marcharon.
Y si no, seré recuerdo para otros.
Un abrazo, Paco.
Sé que no lo merezco, pero que te haya recordado a Juan Ramón Jiménez es toda una bella alabanza. Muchas gracias, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito poema le dedicas.
ResponderEliminarEstoy convencida de que la harás muy feliz y sonreirá dulcemente para ti y tus versos.
Besos.
Me ha motivado el deseo de hacerla feliz en el momento de escribirlo. Ella se lo merece.
EliminarBesos.
Siempre pendiente de hacer felices a los demás, de arrancarles una sonrisa, seguro lo has conseguido. Buen poema como siempre . Un abrazo.
ResponderEliminarCada uno es como es, Chelo. Lleva un mes ausente, pero pronto estará de nuevo activa y regalando su mucha dulzura y delicadeza. Muchas gracias, Chelo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Francisco.
ResponderEliminarYa he vuelto de mi larga ausencia.
Preciosa dedicatoria y muy cierto, vivimos en el corazón de quien nos recuerda.
Seguro es qué, encontrarse en el otro lado sea una continuación de caminar juntos por el universo.
Te dejo unos versos de un poema mío.
Un abrazo
Ambar
Cuando me haya marchado
Espero me encuentres…Amigo
En todo a tu alrededor
La línea del horizonte
Donde el cielo besa el mar
En las nubes de algodón
O en los profundos mares
También en tu corazón
Cuando me haya marchado
No estés triste…Amigo
La vida es una “Noria”
Y con ella yo, me muevo
Con el paso de su ritmo
A veces vertiginoso
Otras, se siente despacio
Pero en todo yo, lo vivo
Cuando me haya marchado
Siente que sigo contigo
Y seré tu compañera
Mientras andas tu camino
Y no importa donde habites
Siempre que en mi, Tú pienses
Me sentirás a tu lado
Cuando más, me necesites.
Ambar
17/ 09/ 2012
Muchas gracias, Ambar, por tu vuelta, tu comentario y este sólido poema que nos regalas.
EliminarUn abrazo de bienvenida.
Si ella te inspera tan bellas poesías. eso es una gran señal de tu gran amor...el tiempo pasa pero el amor es eterno, la edad no importa porque el corazón siempre permanece joven.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por tus palabras. Hay palabras que se desgastan y otras que no son suficientes para expresar los sentimientos. Los griegos tienen varias palabras para expresar el amor: "eros" se refiere al amor carnal; "ágape" es el amor incondicional y reflexivo en el que la prioridad siempre es el bienestar del ser amado. Ella es una gran amiga, a quien he conocido (no físicamente) por estos medios y para quien deseo todo lo mejor, como para ti misma.
EliminarBesos
"Cuando tú no estés te seguiré amando". Hay amores así de extraordinarios e infinitos.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Tendemos a la eternidad y ese es el motor de este poema: la infinitud.
EliminarBesos.