Van cayendo los días
con la celeridad constante y
fatídica
de enormes pesadas piedras
que no encontraron acomodo
en la clave ni en los
cimientos
de este edificio que se
descompone.
Nos dieron unas coordenadas
y fueron necesarias medidas
complementarias
que facilitaran alinearnos
en lo espaciotemporal,
en la entelequia
que tiene poco o nada que
ver
con la verdad
y mucho con lo ilusorio.
Caen los días, caen las
horas
y caemos nosotros
en la relatividad de lo
absurdo:
la ausencia de una de las
dos
descarta el todo
como tu ausencia
me descarta a mí, minuto a
minuto,
deshojando la atemporalidad
del amor.
Como decía Larra, el tiempo no pasa. Pasamos nosotros.
ResponderEliminarUn saludo.
O como demostró Albert Einstein: todo es relativo, no existen las dimensiones de tiempo y espacio.
EliminarUn abrazo.
Es ley de vida que con el paso del tiempo haya un deterioro físico pero a pesar de ello se puede conservar un espíritu joven.
ResponderEliminarBesos
Indudablemente que sí. Los problemas comienzan cuando la persona se que da sin esperanza ni proyectos.
EliminarBesos.
Mañana hablo yo de eso en mi blog, aunque no tan bellamente como tú, MAESTRO
ResponderEliminarSeguro que lo haces muy bien, Tracy.
EliminarBesos.
Vamos pasando por el tiempo y el nos va obsequiado un cúmulo de pros y contras, inevitablemente.
ResponderEliminarUn abrazo que aligere todos los contras que puedas estar cargando.
El deterioro físico es la contribución que pagamos por una vida extendida, de forma que toda ella es gozosa, Sara.
EliminarBesos.