Sonata silente,
cielo audible, soñado, tangible,
caminos que serpean hechos isla y cristal.
Mar interior
y bañera multifuncional
donde se desborda sin sujeción posible
la misma naturaleza.
La copa de un árbol,
improvisado acomodo de varas secas,
sutil y espinado aposento,
un hogar de cigüeñas transmitiendo la vida
con el mismo don y generosidad
de ese hilo inquebrantable,
sutil y ancestral génesis,
que nace de la oquedad de un huevo.
No hay nada casual,
todo obedece al hilván del proyecto
con el que la vida se desencadena
desde tiempos remotos e inexplicables.
Aquí y allá una flor,
un cardo, cáliz de espinas enhiesto,
un destello amarillo o violeta
de hojas caprichosas,
media docena de humildes hojitas blancas
que ruegan no ser pisadas
o la espigada vara
que se hace notar en la distancia
proclamando su ser.
Un profundo silencio
pautado por voces, gorjeos y cánticos,
un barco de Noé varado y lleno de vida:
en la laguna, una formación de rosados flamencos,
espátulas, zampullines, fochas morunas,
fumarales, agujas colinegras…
Un no saber dónde mirar
tratando de identificar siluetas y sonidos,
un verdadero deslumbre.
Una sonata de acordes,
cuyo director es ausencia que sobrecoge.
Por lo general son zonas acotadas y propiedad de grandes terratenientes.
ResponderEliminarUn abrazo.
En este caso, la Dehesa creo que es de titularidad pública o así debiera ser. De hecho no hay que pagar nada por acceder y disfrutar esa naturaleza.
EliminarUn abrazo.
Para mí son tiempos de valorar tanto la naturaleza, me ha cambiado la vida y la necesito más que antes. Precioso poema. Gracias por venir siempre a mi sitio. Abrazos querido Francisco.
ResponderEliminarNuestra amiga María del Pilar nos vino a recoger a casa y nos llevó a vivir un día muy especial en medio de la naturaleza. Como soy imperfecto, olvidé dedicarle a ella el poema.
EliminarUn abrazo.
Bien se merece un poema tuyo nuestra bella naturaleza que nunca dejará de sorprenderme. Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Charo, la verdad es que soy un admirador de la naturaleza y cada día más.
EliminarUn abrazo.
La naturaleza, nos sorprende con su belleza. En nuestras manos está conservarla en perfecto estado.
ResponderEliminarUn abrazo-
Me gusta tu mirada, pero más que en nuestras manos, que también podemos hacer algo, está en manos que quienes sin escrúpulos quieren sacar de ella todo el provecho.
EliminarUn abrazo.
Una bella descripción en imágenes y palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Francisco has descrito la Dehesa como un verdadero paraíso terrenal, donde la presencia, aparentemente ausente, del director sobrecoge...Muy bello e inspirador, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido.
Seguro que a cada persona le sugerirá palabras diferentes, pero en mi caso ha sido, ya en casa, dejarme llevar por la experiencia. Tanta vida en medio de una soledad profunda... ¡Ojalá dure por siempre!
EliminarUn afectuoso abrazo.