26 noviembre 2022

SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA



Tozudez, un callejón sin salida

que acabará dándonos

con las puertas en la narices.

No es fácil. Ya sé por mí mismo

que no es fácil,

cargar con el peso del error

y levantar la cara sin sentirse humillado.

La terquedad conduce, inevitablemente,

a las orejeras diseñadas para las acémilas

que, en ocasiones,

tantos de nosotros merecemos.

“Sostenella y no enmendalla”,

tiene sus amargas consecuencias,

como confundir la mar serena

con un campo sembrado de maíz

y adentrarse en las aguas

calculando la futura cosecha,

persistiendo en el engaño

lleva a la sima sin retorno.

Como la mar no es camino seguro

porque no es piedra, ni suelo firme,

tan solo un destello de jade

con ciertas irisaciones,

cuando lo ilumina los rayos del sol;

así también quien no corrige la deriva

y se deja ondear al capricho de los vientos,

desenvainada la espada

y sin poseer los menores rudimentos

de una buena atalaya,

ante el órdago que provoca

su obstinado desparpajo.

Frente a la terquedad, sagacidad;

contra la complejidad de la insistencia,

sencillez, disculpas, y enmendar el entuerto.

5 comentarios:

  1. Sencillez, disculpas y enmendar el entuerto, requieren humildad y la humildad, requiere madurez. Si existe puede haber esperanza todavía.
    Fuerte abrazo.

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  2. Es que pedir perdon cuesta trabajo.
    Un abrazo.

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  3. Reconocer el fallo y pedir disculpas es el único camino que nos lleva a erradicar el error para no volverlo a repetir. Saludos

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  4. Encerrarse en una idea nos paraliza y no podemos avanzar, porque la verdad tiene variedad de puntos de vista y hay que escuchar a los demás. Falta de madurez y humildad, como dice Sara, nos lleva a un callejón sin salida.
    Mi abrazo y feliz noche, Francisco.

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  5. Sabio consejo hecho poesía, es de sabios enmendar errores, aunque también es de valientes de corazón y espíritu. Besos

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