11 noviembre 2022

HORIZONTALES Y VERTICALES



Apunta el sol

con la sonoridad de un despertador,

un gallo que vive en la memoria

y anuncia el nuevo día.

Bosteza. Sale el hombre

de lo profundo de sí mismo

y se sustenta en la verticalidad.

Por delante las necesidades

y las ambiciones aplazadas,

cumplir el ritual de la supervivencia

y mejorar, si posible fuera,

el anodino día a día

en el que no se complace.

Pronto estará sudando,

sin saber si ese efluvio

le traerá aparejado los sueños

que de forma reiterativa se colmatan

en su día a día.

Quisiera ser feliz, pero se olvida

que no se empieza por la meta

y sí por el punto de arranque.

Come y no siempre se satisface

porque piensa en el menú

que está fuera de su alcance.

Quiere ser amado, lo necesita

para cumplir con sus ambiciones,

pero puesto en el lugar receptor

ha perdido la visión hacia afuera

y sigue estando solo.

Cae la tarde. Se cierra la noche

y deja a oscuras el gran escaparate

de la vida corriente. Está cansado

y también insatisfecho.

Vuelve a la horizontalidad y acaba

de nuevo soñando en sí mismo,

siempre en sí mismo, sin encontrar

la punta del hilo de la madeja.

5 comentarios:

  1. Acabo de salir de la horizontalidad, he entrado en la verticalidad y en estos momentos estoy hecho un cuatro escribiendo este comentario.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Estar pensando y soñando en uno mismo no es bueno pues nos lleva a un estado de desánimo total.Pronto mi posición será la de horizontal pero soñaré con otras personas o al menos eso quiero.Saludos

    ResponderEliminar
  3. Qué reflexión tan profunda, ese día te pusiste los zapatos del que se levantaba. Me encantó maestro... Besos

    ResponderEliminar