01 noviembre 2022

LA LLAMADA DEL MAR



 

Llamada inequívoca, distinta,

sin acordes que pueda confundirla

con ninguna otra sonoridad;

reiterativa como una sucesión de olas

que se rompen en espuma

pronunciando a voces:

“¡Ven, ven hacia mí!”

 

Se escucha en la lejanía,

en lo cercano, en lo íntimo,

en lo insondable de los adentros;

se adorna con algas filamentosas,

con sal yodada y brotes de luz.

 

Nace de los fondos marinos,

en las arenas acunadas y dormidas,

entre las rocas y los atolones,

por entre la clorofila del agua

y entre las figuras coralinas de los mares,

y así, nítida, hasta llegar al epicentro

enamorado, allá donde se encuentre.

 

Se transmite por ondas acuáticas,

por los aires como el rayo o el trueno,

como la centella con velocidad eléctrica

y sin solicitar acuse de recibió.

 

Es como un canto de sirenas,

como salmodia de serafines

que traspasan el alma y la hace gozosa;

es llamada a vísperas o maitines

que provoca este ansia que padezco,

que se hace endémica y permanente,

como bien lo describe Homero

cuando Ulises iniciaba el regreso del Hades.

2 comentarios:

  1. Cuanto te atrae el mar, cada verso del poema te descubre.Saludos

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  2. Hoy he visto el mar entre montañas, me llamaba o al menos creí que era lo que oía,

    Un abrazo.

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