Instalados en los excesos,
esos que cuelgan
imprudentes
como de parra fecunda
y delatan fermentación en
bodegas
soterradas,
no es de extrañar
que cada día nos salgamos
por los márgenes de la normalidad.
El riesgo de caer por el
precipicio
es tan seguro como la
periodicidad
del sol que nos alumbra
cada día.
Hay excesos como exabruptos,
sonoros como relinchos
y con su buena dosis de
calumnia
tras el anonimato;
otros en cambio
son una selección de hilos
tintados
y la ocultación, ex profeso,
de la otra cara de la
verdad.
Y así, en el amasijo
amorfo
entre la prensa
establecida
y el chismorreo de las
redes sociales,
estos excesos que nos
distancian
y nos distraen de la vida
real
en la nebulosa de la
confusión,
nos alejan de lo que
verdaderamente
se cocina
y cuáles son los fogones
que preparan tan pérfidos
manjares.
Mais um poema brilhante que muito gostei de ler
ResponderEliminar.
Um domingo feliz. Cumprimentos poéticos
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Excesos que no son suficientes para ocultar lo que se cocina.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Y estamos de tal manera metidos en tales excesos que ya es muy difícil salir de esta"esclavitud".Saludos
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHermoso poema, que revela una verdad incomoda.
Saludos