La Sierra Blanca,
la cortina natural que atrinchera
y protege,
el espacio entre el azul del cielo
y verdoso mar;
la ostentosa dársena
repleta de embarcaciones
según su calado,
edificios que simulan
lo humilde
y son bunkers del lujo más refinado.
Allá en lo apartado,
fuera de donde lo típico
se ha hecho patrimonio turístico,
vive el pueblo que trabaja
o se debate por encontrar el sustento
en el veranito que tan fugaz pasa:
hay un solo paisaje,
un bello y hermoso paisaje,
pero son muchos Marbella.
Como años anteriores, no podía faltar tu poema a tu segunda patria chica, aquella Marbella de pescadores y de la gente reunida en la puerta de las casas charlando de sus problemas o de sus alegrías; la Marbella de hoy esta muy lejos de ese pueblo que ha sido transformado por corruptos y por especuladores de la tierra y del dinero.
ResponderEliminarSeguro que tu sabes encontrar aquella Marbella.
Un abrazo.
Siempre lo comenté a quien sólo veía lujo en Marbella, porque sé que también hay un pueblo que trabaja, respira y vive más allá de los yates.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
En mi país MARBELLA es sinónimo de belleza, lujo y esplendor . La gente adinerada , la que pertenece a una determinada elite se da el gusto de conocerla. Yo no pertenezco a ese selecto núcleo, sólo soy una docente jubilada , honrada de serlo. como tantas otras. Lo comento como una anécdota, nada más. Sin duda debe ser hermosa .y me da mucho gusto que la disfrutes. Apapachos.
ResponderEliminarY esos bares del interior donde te ponen un pescaíto que quita el sentido.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchos y muy distintos y bien diferenciados.
ResponderEliminarMarbella abraza a pobres y a ricos, la naturaleza está ahí generosa y espléndida y el hombre se encarga de dividir, de recortar y de poner murallas en la comunicación y el sustento...Precioso poema, que nos llega sugerente y lleno de vida, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer.
M.Jesús