Cuando te acerques por
carretera
y allá al fondo de una curva
te des de bruces con un
belén viviente,
cuando el caserío te muestre
su sonrisa blanca
por entre el verdor de la
naturaleza,
sabrás dónde has de
detenerte.
Cuando al pasear sus calles,
estrechas
y a veces sinuosas, lo hagas
por un vivero
que con mimo cuida el
vecindario
y que contrasta en colorido
con la uniformidad del jalbegado
de sus paredes,
sabrás dónde has de
detenerte.
Cuando mires al monte y veas
que las casas escalan la
pendiente
y se encaraman en un mirador
desde el que el mar
es una anchurosa balconada,
sabrás dónde has de
detenerte.
Cuando oigas las campanadas
del reloj
en la fachada principal de
su humilde iglesia,
escoltado por un par de
palmeras
y muy cerca te arrulle el
rumor de una fuente,
sabrás dónde has de
detenerte.
Cuando recrees la mirada
hacia el sur,
por donde lo escarpado se
hace valle
y tierra fértil; cuando el
verdor del naranjo
compita con el del aguacate
y el limonero,
sabrás que te encuentras en
Ojén, mi pueblo,
y no podrás hacer otra cosa
que detenerte.
Regreso al paraíso. Tú ya tienes el tuyo, el de la niñez.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Es cierto, Cayetano, mi paraíso es el de la niñez. Hoy lo afirmo, aunque tardé en darme cuenta de que es así. Y no sólo porque allí está mi niñez, sino porque se trata de un lugar humilde y mis aspiraciones no son grandilocuentes.
EliminarUn abrazo.
Buenas tardes Paco. Cuando he empezado ha leer tu escrito sabía claramente que le estaba escribiendo a tu bonito Pueblo. Un saludo muy grande.
EliminarNo aparece tu nombre y no puedo saber quién eres, ya que el registro dice "desconocido", En todo caso, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Francisco, has descrito una preciosidad de tu pueblo.
ResponderEliminarPrecioso, precioso.
Un abrazo amigo.
Gracias, Rafaela. Lo he escrito desde el corazón. Tan sólo me apena que mi padre no pueda leerlo.
EliminarUn abrazo
Hermosa manera de explicar cómo saber cual es tu pueblo! De tanto voy a Sevilla y de tanto nos damos un garbeopoor Málaga, Marbella, Granada ahora me han venido ganas de ir a Ojén.La vida me trajo a Catalunyay la estimo pero mi amor está en Andalucía, Sevilla siempre está enmi corazón.
ResponderEliminarCuando vengas a Sevilla, entre otras cosas a conocer o recordar, ahí estoy yo.
EliminarUn abrazo-
Qué bonito Paco nada más leer donde detenerse sabía que era Ojén
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, una pena que no aparece tu nombre y no puedo saber quién eres.
EliminarUn abrazo.
Bonito pueblo. Doy fe. Bellos versos poeta. Bss
ResponderEliminarComo eres una señora de buenos gustos y muy viajada, Katy, también en tu historia viajera Ojén. Muchas gracias.
EliminarBesos.
Me encanta cómo describes a tu pueblo, Francisco. Ese belén viviente, que también es sonrisa blanca y balcón que mira al mar,nos atrae a todos...Un pueblo inspirador, realmente mágico, digno de un paisano-poeta como tú...
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana, amigo.
Viva Ojén!!Bello poema dedicado al pueblo que te vio nacer.
ResponderEliminarBesos, versos y flores amigo Paco.