Sólo busco una sonrisa amable,
un destello de luz de tus ojos
como linterna que se abre paso
en la oscuridad y se refleja
en la luna apagada del ropero,
como ráfaga que todo lo inunda.
En mis labios se agolpan las respuestas
que todavía no he tenido ocasión
de darte, a la espera de tus preguntas.
No busco de ti iluminadas palabras de amor,
aunque acaricio con frecuencia la idea
como supuesto, tan sólo por tenerte cerca,
oír cómo respiras, como se eleva
tu pecho y tus senos en cada inspiración;
simplemente verte.
Una mirada a veces es mucho. Los ojos no necesitan de las palabras.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Un abrazo, Paco.
Mil gracias, mi fiel Cayetano.
EliminarUn abrazo.
No es poco lo que buscas porque realmente ¿qué es lo esencial? Pues eso.
ResponderEliminarLo esencial es aquello que cada uno coloca en el colmo de sus preferencias, Manuela. Respondo a tu comentario con mucho gusto y muy complacido por tu generosidad y tino.
EliminarUn abrazo.
Y es que una sonrisa es un poema sin palabras, Francisco...¿Y una mirada?: Un trocito de cielo...Dos platos nutritivos para el alma. Todo un regalo, amigo...Sencillo e inspirador poema.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz noche, amigo.
Una sonrisa es una afirmación rotunda y festiva, y una mirada el salvoconducto para vecindar al otro. Muchísimas gracias por tu comentario, María Jesús.
EliminarUn fuerte abrazo.