En
el lento silencio de las piedras
escribo
con tiza lo que mañana pensaré.
PILAR ALCALÁ GARCÍA
En piedra cincelo tus
caricias de antaño
y en la arena de la playa
escribo con rabia tus
vocablos hirientes
para que se hagan océanos
en la próxima pleamar y se
derramen,
serán destellos lumínicos en
días obscenos.
Con los besos que me diste
me he hecho un cíngulo
con el que entallar a mis
caderas
tu nombre en la osamenta de
mi verticalidad,
mientras observo
la dejadez de este abandono
que me estrangula al
pensarte.
En mis proyectos, ahora en
bancarrota,
toda una baraja de alocados conjuros:
escarcha en el alma
desolada,
vértigo en la contraventana
del tórax
y ventisca en el corazón o
naufragio inefable.
Nunca dejemos que el frío se adueñe de nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Muy precisa y nítida descripción de lo que se puede sentir en una situación así.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Hoy tus versos me parecen tristes y destilan un cierto desamor....deseo que sólo sea poesía.Saludos
ResponderEliminarQue los versos escritos en la arena de las playas los balancean las olas al compás de esa música que nos envuelve y transporta a otras dimensiones...y que sean de felidad y amor...no dejemos que nos duela el amor.
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