Calla
deja
que el viento solloce
en
un alud de arena.
CONCHA VILCHES CANSINO
Banal es la pena que reprime
la lágrima,
que no riega las estrías del
rostro
para que respire e hidrate,
para que vuelva a ser
nutrido
y a lucir con esplendor.
Vana una lágrima sobre una
rosa del jardín,
cuando en la flor se quedaron
perplejas
mil cuentas de un rosario de
escarcha
y otras tantas perlas en
competencia
que la empujan al vacío de
los cristales rotos.
Quizá se le quedó enquistado
un beso
con los labios fríos
de un amor que no ama,
que simula y se trasviste de
opereta,
que tiene más de puesta en
escena
que de amargura ardiente.
En el sollozo del viento se
columpian las penas
de esas lágrimas contenidas
que dejan sabor a tuera,
constriñe el rostro y asfixia
la garganta.
Bello poema
ResponderEliminarMuchas gracias, poeta Antonio Portillo.
EliminarUn abrazo.
Dicen que también vierten lágrimas los cocodrilos, pero nunca es de pena, ni tampoco por fingimiento. Lo importante es no dejarnos llevar por las apariencias.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Dices bien, Cayetano, y siempre en la diana. Pareciera que en lugar de historia hubiera impartido filosofía.
EliminarUn abrazo.
Tú sabes que en Filosofía y Letras dábamos de todo un poco. :D
EliminarSí, durante los cursos comunes.
EliminarQué bonito!! Te sigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luisa Martina. Estos días estoy rindiendo homenaje a mis amigos poetas usando una cita de ellos como punto de partida.
EliminarUn abrazo.
Que triste eso de que se quede enquistado un beso.
ResponderEliminarUn abrazo .
Las lágrimas contenidas nos llevan a un gran desconsuelo, mejor derramarlas para así deshogarse.Saludos
ResponderEliminarHermoso, que más decirte si tú ya lo sabes.
ResponderEliminarBesos de anís.