El otoño ha dado un paso
atrás
y nos muestra rigores
veraniegos,
dejado atrás el veranillo de
san Miguel
y la maduración del
membrillo;
una luz esplendorosa invita
a retroceder
con el mismo ansia que un
mayor
se empestilla en sus años
mozos
viviendo en el ayer sin
afrontar
la desgastada realidad de su
presente.
Algodonosas nubes blancas
visten el cielo de calvas
claras
y difumina el azul intenso de
la inocencia;
mirar al cielo invita al
éxtasis
y al sopor somnoliento de
las elucubraciones:
al final del destello
lumínico,
la escalera infinita se hace
paraíso
que se aloja terca hacia la
eternidad.
Como el sueño de Jacob,
salir del presente es
morbosa pesadilla
que, encaramada hacia lo
imposible,
endulza las dolencias del
presente
y lo enreda en un pretérito
inaccesible
en el que la salud se
resquebraja
escapando por las fisuras de
sí misma,
por el caracol de la
escalera de emergencias.
Qué precioso poema ! Bueno ... no es de extrañarse.
ResponderEliminarVengo hasta acá pura y exclusivamente a pedirte un favor :
"la escalera infinita se hace paraíso
que se aloja terca hacia la eternidad"..
¿ me puedes prestar la escalera de Jacob para que poeda "salir de este presente " y no volver más... ¿será que puedes ?
Apapachos. .
Sabes que si estuviera a mi alcance, te proporcionaría esa escalera, pero todavía no, aun tienes una misión muy importante y un apoyo inmenso que ofrecer. El día que arrulles al "angelito" entre tus brazos, tu sueño superará al de Jacob.
EliminarApapachos.
Bellísimo, enhorabuena, me encantó.
ResponderEliminarBs.
Te lo agradezco, Azzul. Muchas gracias.
EliminarBesos.
Es uno de mis cuadros preferidos en en prado,
ResponderEliminarUn saludo
Sólo se me ocurre decirte que tienes muy buen gusto. También está en mi memoria de aquellas mañanas en el Prado.
EliminarBesos.
Aparte del sentido bíblico o cinematográfico que pueda tener el título de tu poema, lo que si es cierto es que estamos en un punto que no se sabe si subimos o bajamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi poema podría ser el sueño de una salida de incendios para esta triste realidad que estamos viviendo, de la que dan ganas de escapar.
EliminarUn abrazo.
Para salir del atolladero -personal y colectivo- en el que nos encontramos no encontré en mi trastero una escalera lo suficientemente larga. Habrá que echarle algo de imaginación y soñar, que siempre es gratis.
ResponderEliminarUn saludo.
Vamos a tener que confiar más en las utopías o aprender a soldar la escalera de uno con la de otro hasta hacerla infinita.
EliminarUn abrazo.
Precioso poema, cada día escribes mejor, Francisco. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Antorelo, por el piropo.
EliminarUn abrazo.
Hasta el tiempo juega con el personal como si se tratara de un poiticastro al uso.
ResponderEliminarCierto, el tiempo nos sube y nos baja a capricho: hoy simula un día veraniego.
EliminarUn beso.
Por aquí vuelvo tras tantos buenos consejos y lecturas tuyas en Facebook.
ResponderEliminarEl poema me gusta mucho, se le nota el arraigo de tu pluma y ese buen hacer tuyo que día a día ofrece a tus versos la oportunidad de ascender un peldaño más, como en esa escalera de caracol que (para mí): Sube hacia arriba como si estuviera deseando mejorar en cada letra.
Un abrazo Francisco..
Gracias, Laura, por tan favorable opinión, es como para elevarse, aunque prefiero llevar los pies por el suelo.
EliminarUn beso.
Para mi es un placer que le ponga letras a mis fotografías.
ResponderEliminarTienes una gran inspiración para componer poemas, cuestión de la que yo carezco, por ello para mi es una satisfacción, que le agregues tu extraordinario talento.
Besos
Cada uno tenemos una virtud diferentes y eso hace que el conjunto sea agradable: yo soy hago fotos en automático, salga lo que salga.
EliminarGracias una vez más por tu autorización.
Besos
A veces, las personas, quisiéramos retroceder, ser pequeños cangrejos pretendiendo recuperar algo del pasado que nos cautivó.
ResponderEliminarEste otoño se asemeja a nosotros...quiere retomar el verano, la canícula estival donde al parecer dejó algo olvidado o sencillamente, no sienta deseos de verse arribar al invierno...
Besos.
Es verdad lo que comentas, hay veces que quisiéramos regresar al Parnaso, a los brazos maternos, a los primeros besos... o escapar hacia arriba, el único lugar donde las cosas pueden ser diferentes.
EliminarBesos.
Tal vez, sea la salida para los males de este mundo, una escalera al cielo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa es al parecer la escapada que ha visto el yo poético, lo malo es que no sabemos si podríamos bajar de nuevo.
EliminarUn abrazo.
Muchos quisiéramos borrar este presente pero no nos queda otra que vivir, continuar por este camino sinuoso, vacío, sin luz... en el que nos encontramos por culpa de otros.
ResponderEliminarBesos
Mi casa se viste de luz con tu llegada, Luján. La vida es un duro camino en el que nada se nos regala, sino que hay que pelearlo. Tenemos que sacar a esos otros del camino.
EliminarBesos.
Este tiempo es cualquier cosa menos otoño. Creo que nos lo hemos fumado. Pasaremos directamente al invierno. Bss
ResponderEliminar¡Lo que le faltaba al comercio, que nos fumemos una estación y se quede todo en los escaparates! Gracias, preciosa.
EliminarBesos.
Siempre que deseo relajarme imagino una escaleras donde asciendo despacio escalón a escalón en ingravidez hacia el cielo y como bien dices me "endulzo" ypor supuesto mi cielo se asemeja a tu foto elegida, gracias¡
ResponderEliminarBesos muchos,
tRamos
Tú necesitas endulzarte muy poco, ya eres miel o azúcar de caña.
EliminarBesos
Como me gusto mucho la foto, me fuí al blog de la autora y te doy las gracias es una maravilla que desconocía por supuesto me hice seguidora después de recrearme viendo unas cuantas entradas.
ResponderEliminartR
Eres una brujilla de las ondas que sabes manejarte muy bien por la Red.
EliminarBesos.
Ya verás cuando venga el tío Paco- Invierno y nos empiece a soplar el viento gélido en el cogote, entonces nos acordaremos de este veranillo de San Miguel como una prolongación de la felicidad que se fue.
ResponderEliminarUn beso
Aquí en Sevilla no son los inviernos muy crudos, pero sí húmedos; todavía andamos en manga corta y treinta grados, pero presumo que cualquier día vamos a experimentar un cambio bien brusco.
EliminarBesos.
Para mejorar el tiempo, no hay como vivir el presente.Abrazos, Francisco.
ResponderEliminarSin dudas, Alicia, el único tiempo que tenemos en la cuenta corriente.
EliminarUn beso.
Hola Francisco. Realmente este tiempo nos ha dado una tregua para que nos vayamos preparando para el duro invierno. Nos ha puesto un caramelo en la boca para saborearlo unos cuantos días más. Después, el invierno nos invadirá y el frío nos congelará.
ResponderEliminarQue esa escalera al cielo te provea de salud y bienestar.
Has cogido carrerillas para hacer poemas, y lo bueno es que los hacer divinamente.
Saludos y un abrazo
Me sobrevaloras, Isa, te puede el cariño y te lo agradezco.
EliminarBesos.