Asómate, mi amor, observa;
contempla el ocre cárdeno,
el tierra amagentado,
el dorado bronce y el
granate miel,
un bermejo terracota desvaído
que se expande por el suelo
como lluvia dorada de milhojas
horneadas y crujientes,
regadas y regaladas de forma
regular:
el otoño desmelena la
floresta
y nos la abaja
como paleta de pintor
derramada.
¿Adónde vas por esa
imaginación,
mi cielo? ¿No ves? ¿Acaso no
ves
cómo todo es uniforme y
metálico?
Todo está en su lugar, sí,
pero una lluvia de ceniza
ha palidecido el ambiente
y ha vestido de gris
monotonía
lo que antes era vigor y
esperanza:
el otoño es el raptor de las
tonalidades,
el incívico vandálico que
todo emporca,
la melodía monocorde que deprime
hasta anularnos en húmedo y
mortecino.
Puntual como un reloj. Tu publicación ha salido a la hora prevista.
ResponderEliminarMe siento honrada que mi imagén haya sido fuente de tan hermosa poesía.
Besos
El placer es mía. Como la Cenicienta, ambos hemos sido puntuales. Algunos vemos en colores y otros en blanco y negro que lleva al pesimismo.
EliminarBesos.
Triste pero bello, Besos.
ResponderEliminaramapola azzul
En este diálogo, interviene una persona que todo lo ve en colores y otra que todo lo ve gris; por tanto, en uno hay alegría y en el otro profunda tristeza. En nuestras manos está nuestra forma de mirar.
EliminarUn beso, Azzul
¡Vaya!, que en la última estrofa me has dado la razón respecto al otoño, sobretodo en los ´versos finales.
ResponderEliminar¡Anda que no!
Pero si te fijas, Tracy, la otra persona tiene otro concepto del otoño. ¡Cuidado! Nuestros pensamientos nos llevan a la actitud que está cercana a ellos.
EliminarBesos.
Pero a mí me importa el concepto tuyo.
EliminarHas vuelto a la belleza de tus versos , españolito lírico.
ResponderEliminar"¿Cómo recoger tanta belleza desbordada ? " AUTORÍA DE MAITE. Se lo suelo robar.
por fin puedo llevar a mi cuaderno un nuevo poema. Ya me lo estaba reclamando.
No estoy de acuerdo con los 4 últimos versos. Yo adoro el otoño.Me trajo a la vida
¿cómo no voy a amarlo ?
Lo critican pero sirve de inspiración a los poetas , es la estación preferida de los amantes, puedes emborracharte con las metáforas que te permite crear.y muchas cosas más .
Crujen las hojas
tejen un tapiz de ensueño
es el otoño.
Apapachos.
Al parecer, María del Carmen, llevo algún tiempo de sequía lírica: "por fin puedo llevarme a mi cuaderno un nuevo poema". Sé que te sale del alma y para mí es un piropo en todo caso; pero soy consciente de que no todos los días está uno atinado con aquello que escribe.
EliminarApapachos.
Todo es según el color del cristal con que se mira.
ResponderEliminarUn saludo.
Aquí hay dos que ven lo mismo de forma muy distinta. No es el objeto el que cambia, sino nuestra apreciación.
EliminarUn abrazo.
A mi me gusta el otoño, aún siendo cierto lo que manifiesta en tu poema, pero hay que ver en positivo los múltiples tonos grises, o marrones sus hojas en el cielo que crujen a tu paso, me repito, el otoño también es hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso que ves es la primera parte del diálogo. Seguro que observarás que hay lectores que se identifican con la primera y otros con la visión fatalista de la segunda.
EliminarUn abrazo.
Con el otoño, llega la melancolía. La relación entre este estado anímico y emocional y los meses de otoño es de sobra conocida por una cierta sensación de tristeza Quizás debido los ritmos diarios de luz-oscuridad.
ResponderEliminarUn abrazo.
No hay dudas de que la luz tiene una influencia inequívoca en la conducta de las personas. Si pensamos que en los países a nuestro norte hay un momento en que a las 4 de la tarde ya está oscuro y noche cerrada a las 5, y otro tanto igualmente dispar al amanecer... Pero fíjate, José, que el primer personaje sólo ve una sinfonía de colores.
EliminarUn abrazo.
Es cierto que el otoño puede ser melancólico con sus tonalidades, su llanto de hojas, sus vaivenes, ¡su todo!
ResponderEliminarSin embargo, tiene un algo romántico el otoño que supera con creces cualquier otra estación. Yo que siempre he sido de estío, con los años me voy haciendo otoñal en todos los sentidos, no sólo por la edad.
:)
Te ha quedado precioso.
Besos.
Tenemos muchos puntos de coincidencia, Marinel, y eso es porque damos importancia a las cosas más nimias, a esa gama de colorido tan amplia y a la invitación al recogimiento, y por tanto al amor, que ofrece todo el panorama. Tú, tú eres la preciosa.
EliminarUn beso.
Nos dejas dos visiones de la vida, dos personas con perspectivas y ánimos distintos, Francisco...Asi es todo, depende del cristal con que se miren las cosas, así las veremos...Un magnífico ejemplo de lo que es el optimismo creativo y esperanzador, que nos impulsa siempre hacia adelante, frente al realismo pesimista y quieto, que no va más allá de la apariencia y nos mantiene paralizados y quizá encerrados en la monotonía...Mi felicitación por este doble poema, dos sinfonías otoñales, que nos mueven y nos conmueven por su autenticidad y lirismo. Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre, poeta y amigo.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias, María Jesús, por ese tino tuyo captando todos los matices de cuanto escribo. No digo que sea la buena lectura, sino la coincidente conmigo. Pero si de algo puede presumir la poesía, si no es un acto fallido, es de ser plurisignificativa. Mi agradecimiento infinito.
EliminarBesos mil
Es triste sí, porque empieza el frío, la luz se desvanece y se cambia la hora, pero su melancolía es, en sí misma, atractiva. El cuerpo entra en un sopor tranquilo y sereno que se asemeja a la indocilidad y la laxitud de la vagancia, y nos dejamos adentrar en ese pozo casi con ganas.
ResponderEliminarA mi padre era la estación que más le gustaba. No en vano había nacido en noviembre...
Un beso
De haberlo sabido, Carmen, se lo habría dedicado a tu padre. Es cierto que hay cierta indolencia; más bien, cierta desaceleración de la actividad frenética del verano. En mi opinión, debemos educar la mirada para ver en cada momento aquello que más nos conviene. Por ejemplo, melancolía para escarbar en nuestros sentimientos, pero no para rendirnos. Lo mismo en el otoño de la vida, siempre hay una mirada apacible y confortadora que no la del decaimiento: mientras seamos optimista, mientras mantengamos proyectos, nos sentiremos insertados plenamente en la vida.
EliminarUn beso.
Precioso canto a esta mágica estación que consigue de todo menos dejarnos indiferentes.
ResponderEliminarNo existe término medio: o se la odia o se la ama.
Personalmente me resulta muy inspiradora pero prefiero la luz de la primavera.
Un abrazo.
Gracias, Belén con tu efusivo comentario. Como es normal, todas las opiniones son respetables.
EliminarUn beso
Quitando los bellas tonalidades de ocres y dorados el final del otoño de vuelve gris como bien rezan tus versos,incluidas las personas que bajan sus defensas y alegría hasta la nueva primavera. Bss
ResponderEliminarDos cosas, Katy: no lo podemos evitar, pero sí podemos mirarlo con ojos amables.
EliminarBesos.
Las dos caras del otoño... Grandioso, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo!
Gracias infinitas.
EliminarDos besos
Muy bien descrito ese Otoño Francisco. La Primavera tiene mucho de especial, pero al Otoño también se le puede extraer su belleza y encanto cuando se enciende la primera chimenea de la temporada. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminar@PepeLasala
Creo, Pepe, que el encanto está en la mirada, y sin ese encanto no hay estación que nos guste.
EliminarUn abrazo.
Me quedo, amigo Francisco, con la primera parte del poema. Y más después de haber estado por tierras algo lejanas a mi isla disfrutando durante una quincena de un otoño precioso, con la correspondiente caída de las hojas movidas por el viento.
ResponderEliminarDesde Gran Canaria, un saludo afectuoso para todos.
Sin dudas eres una persona optimisma, pues ves y disfrutas las cosas a todo color.
EliminarUn abrazo.
Creo que cada estación tiene algo importante siempre. Pero el otoño es importante porque nos trae un poco de sosiego después del verano estación que llega alguna vez a agotarnos por querer aprovecharla demasiado como si todo se fuera a terminar.Pero el otoño nos hace reencontrarnos con la vida cotidiana, el hogar, y poder dedicar mas tiempo a nuestros pensamientos con los cuales es importante encontrarse de vez en cuando. En cuanto a las fotos las dos son preciosas. Todo tiene su valor y su momento.Un abrazo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, de echo es en verdad el verdadero inicio del año, del curso escolar, de la programación de los gimnasios, del lanzamiento de un montón de fascículos coleccionables e inútiles... Pero por encima de todo, eso que tan bien apuntas: el reencuentro con la vida normalizada después de un verano de más o menos agitación y desmadre.
EliminarOtra cosa, te confieso que fue la foto la que dio pie al poema y acabé planteándomelo como un diálogo, una doble y divergente mirada. Gracias.
Un beso.
Has aportado algo novedoso tras tantos comentarios, el sosiego, y me parece un buen punto de vista útil y provechoso. En verdad, son superiores los cambios en nuestra emotividad a los atmosféricos. Un futuro poema tendrá la levadura de tu comentario, así que te quedo muy agradecido.
ResponderEliminarUn beso.
Preciosos versos verdaderamente!
ResponderEliminarque nos hacen reflexionar . .
Nuestro estado de ànimo tornea ese color
del panorama, que tenemos en cada dìa!
Un cordial saludo!
Muchísimas gracias, Francisco José. Con los años he aprendido que no todas las personas vemos lo mismo ante el mismo panorama; esa es la idea que he querido reflejar: dos visiones de una misma cosa.
EliminarUn agradecido abrazo.
Husmeo por tu blog y encuentro poemas-joya como éste. Tienes el ojo de un pintor, si no no podrías haber descrito con tanta sutileza esa paleta de colores asombrosos.
ResponderEliminarElla y él, o él y ella sin encontrarse en la naturaleza porque sus sentires son opuestos.
Un preciosidad, entre oro y ceniza.
Un abrazo grande
¡Guauuu! Eres muy generosa conmigo, Volarela. Ya me dice nuestra amiga correntina que eres un ser excepcional. Te agradezco que husmees por mi blog y me congratula que encuentres cosas válidas.
EliminarBesos