Se asocia la tristeza al
otoño
como un correlato de apatía
y nostalgia
o un adiós a lo que ya no ha
de volver;
somos frágiles y se nos
olvida que el tiempo
─salvo para las personas─
es una dimensión inexistente
y en todo caso
sólo visible a nuestros
sentidos,
pero todo un continuo como
tras la helicoidal
de un tornillo sin fin viene
una, otra, la siguiente
y de nuevo la primera
espiral.
No me dirijo a quienes
tienen
problemas articulatorios o artríticos,
sino a quienes vemos en la
crisis
la oportunidad de la
recuperación;
así también en lo social:
los problemas de corrupción,
los oscuros tejemanejes de
una black card,
o el riesgo de pandemia del
ébola,
son el inicio de un tiempo
nuevo
donde los negritos que
estaban condenados
a morir en su africano
confín de aislamiento,
tienen motivos para mirar al
horizonte
y adivinar los floridos
brotes de la primavera
en el egoísmo del norte que
ahora se moviliza.
Yo asocio mi nostalgia al otoño y a la crisis. Te das cuenta que del verano nada queda, que solo nos quedan los días grises, lluviosos, de noche y sin luz, y encima, ves que la crisis te golpea hasta dejarte sin respiración, entonces ya... el no va más... nostalgia, lágrimas, tristeza... oscuro panorama, aunque sea sin dolores físicos, el del interior, es el peor.
ResponderEliminarUn beso.
No es mi idea la de comunicar tristeza, sino transformar esta en esperanza. Nunca tiempos pasados fueron mejores. Estamos limitados a vivir el presente, ya que el futuro es un mero augurio que no sabemos si llegará; pero lo que toca es transformar el hoy, dar un zapatazo en el suelo y arrancar de este pozo en el que nos hemos visto sumidos. No porque muchos hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades, sino porque nos han engañado y robado. Saquemos de los círculos de poder a todos los corruptos: mi voto no irá a ninguna lista donde haya habido ningún corrupto; derribemos las fronteras que segregan a las personas: mientras el ébola se ha mantenido en los países africanos no había alarma, ahora es cuando urge encontrar la profilaxis y el remedio...
EliminarPerdona por ponerme tremendo, tú sólo mereces de mí palabras amables.
Un beso.
Hasta el árbol está triste con lo que ocurre a su alrededor.
ResponderEliminarSaludos
No sé cómo podremos salir de este fanguizal, pero sí que lo necesitamos con urgencia: no hay institución que esté limpia, esto es horroroso.
EliminarUn abrazo
Una de dos.O esto estalla por los aires y nos vamos todos a hacer puñetas. O va a ser la oportunidad para regenerarnos y poner los cimientos de una sociedad mejor. También es una forma de ver la botella -no me refiero a la del expresidente, que la veo mal- si medio llena o medio vacía.
ResponderEliminarUn saludo.
Confío en que sea la oportunidad para darle la vuelta a la tortilla, pero no a la misma tortilla, sino a otra totalmente nueva.
EliminarUn abrazo.
Has descrito la realidad tal y como es... dura y cruel. Y a su vez, reflejas un atisbo de esperanza, y eso es lo que debemos mantener, la esperanza. En nuestras manos, está recomenzar...
ResponderEliminarUn abrazo otoñal, esperanzador.
Siempre trato de que la esperanza tenga una rendija de luz en todos mis escritos, a pesar de que desde este presente hay que ser muy imaginativo para pensar que esto tendrá fin. Llevamos la picaresca en los genes o al menos en la tradición desde bien largo tiempo.
EliminarUn beso.
Muy buen poema, que hace pensar; y yo pienso o medito que muchas veces tienen que venir males para que pensemos en los que lejos de nosotros llevan sufriendo tanto tiempo algo que no creímos nos alcanzaría ( El Evola) y que por llegar ahora pensemos en los que durante tanto tiempo lo han sufrido y quizás ese otoño más bien invierno pueda cambiar porque ahora nos damos cuenta los que vivíamos el verano que también hay un gran invierno.Espero puedas entender lo que quiero decir. Un abrazo.
ResponderEliminarTodos los males tienen su lado positivo, ya que desde la bonanza es difícil ser imaginativos. Ojalá todo sea para bien.
EliminarUn beso.
Se moviliza ahora que les ha tocado la fibra, que nos roza de cerca la muerte que ha cercenado muchas vidas en esos países que sólo interesan para saquear...
ResponderEliminarMás que cualquier estación, como el otoño por ejemplo que siempre se asocia a la tristeza, es la tristeza de la asociación indebida, la corrupción proliferante, la tristeza de la impotencia derivada de toda la debacle que nos rodea y el egoísmo acentuado hasta lo impensable...
En fin, perdona la perorata.
:)
Besos.
Haces bien en extenderte, Marinel, es mucha la indignidad que nos rodea y la oscuridad de objetivos y proyectos.
EliminarUn beso.
"En la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla." Chepo de la Torre
ResponderEliminarY pongámonos de acuerdo en acabar con quienes realmente la han provocado, esos de la "black card" y quienes ahora se extrañan de lo que sucedía como si no lo supieran. ¡Trastos a la calle que vamos a encalar!
EliminarBesos.
Los especialistas dicen que las crisis son buenas, que de ellas sale después lo mejor.
ResponderEliminarNo lo sé. Me tomas en un momento que estoy harta de las crisis .No sólo ustedes están pasando malos momentos, nosotros también estamos mal .Cada vez la brecha entre pobres y ricos es más profunda y ni hablar de la inseguridad. Hablo de mi país. No sé como está eso en la tierra de ustedes.
Pongamos un voto de confianza y pensemos que las cosas mejorarán.
Apapachos.
El dinero y los malos modos, María del Carmen, se comunican como por vasos comunicantes y los males de un lugar se transfieren a otro de modo mimético. Si analizamos, en todos los países del mundo está sucediendo lo mismo: hay más pobre más empobrecidos, y ricos mucho más ricos. No desaparecen los bienes de la faz de la tierra de un día para otro, sino que se quedan en las mismas y escasas manos, lo que conlleva una brecha social cada día más divergente. Lo que todavía no nos afecta aquí, de manera significativa, es la seguridad ciudadana. Como dices, no perdamos la esperanza, pero pongamos nuestro voto en manos que no estén manchadas de lodo ni de complicidad silenciosa.
EliminarApapachos.
Todos entristecemos al ver que lo hay a nuestro alredecro, sobre todo en este tiempo otoñal en el que todo se ve más triste y oscuro, como bien dices en tu poesía.
ResponderEliminarReflejas muy bien el estado en que nos encontramos actualmente de crisis, de incoformismo, de mentiras y de insastifacciones, es lo que trae el progreso, nada nos satisface, ni ver, como dices, tantas muertes, porque al estar tan distantes no las vemos.
Besos, te felicito por tan estupenda y real entrada.
La banca, y en especial las cajas de ahorro, han estado financiando a los partidos políticos con toda opacidad; estos han hecho la vista gorda en los tejemanejes de la cúpula y ahora se muestran extrañados como el pueblo. ¿Quién controla a los controladores? Como decía Blas de Otero, nos queda la palabra.
EliminarUn beso.
He venido por la respuesta a mi comentario y está, ¿donde habrá ido a parar?,seguramente lo habrá ahuyentado la tristeza.
ResponderEliminarEste blogger...
Es cierto, Tracy, creo recordar que estaba tu comentario y mi respuesta, pero cada día estoy estoy más convencido de que en Blogger hay algunos actos de brujería.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, el árbol está tristón pero tristón.
ResponderEliminarLo que entiendo de tu poema es como del poema de Beetolt Brecht; más omenos dice así: primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque no soy comunista.
Después a los curas, a mi no me importó no me gustan mucho los curas. Después se llevaron a los maestros, a mi me dio igual no me gusta estudiar, a hora me llevan a mi paro ya es tarde. Pues esto ha pasado con le Ebola. Allí en África en la lejanía no nos afectaba, pero caramba, cuando ha llegado a Europa ya sí ponemos remedio.
A parte de esto parece que los corruptos y ladrones de guante blanco no quedarán impunes. Sería bueno que el dinero que devuelven fuera a parar a comedores sociales, a rescatar a las personas de sus hipotecas, a los parados,etc...
El otoño este año es menos triste para muchas personas y si se ayudara a quienes lo pasan mal, habría menos tristeza. La imagen es preciosa al igual que lo son tus palabras.
Saludos y un abrazo grande
Muy buena referencia, Isa. Creo que es algo así; mientras habían muerto algunos miles de negros, no era suficiente la alarma. Tuvo que saltar de continente para que los países "civilizados" se pongan manos a la obra para evitar la pandemia.
EliminarBesos.