24 agosto 2022

CRÓNICA DEL ALBA

 


 

Despierta la ciudad

del bostezo de una noche destemplada;

todavía no se ve el sol,

pero ya se vislumbra el claror de la bóveda

como anticipo radiante.

Algunos peatones parecen sonámbulos

hacia un destino incierto;

otros, con ropa deportiva,

improvisan un circuito

donde no existe la salida ni la meta.

De vez en cuando un estruendo

anuncia que va a pasar un vehículo:

los patinetes eléctricos lo hacen con sordina,

como las bicicletas;

quienes llevan auriculares

van por los vericuetos de otro mundo

y todo les pasa desapercibido.

Más de media ciudad dormita todavía

y casi la otra media

se afana en la pantalla de su teléfono

como un náufrago a una tabla.

Ninguna anomalía:

el hombre cambia bien poco

de un día para otro.

6 comentarios:

  1. En la normalidad hay pocos cambios, en las crisis muchos.

    Un abrazo.

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  2. Cuando nos acostumbramos a una rutina diaria es muy difícil cambiar.Saludos

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    Respuestas
    1. Aunque no es fácil, debemos intentar que la vida no sea rutinaria sino una nueva ilusión cada día.
      Muchísimas gracias, Charo, por tu presencia diaria.

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  3. Si que eres madrugador y es lo que se debe de hacer ahora, si quieres caminar y no pasar mucha calor.
    Besos

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  4. A estas alturas... Virgencica, que me quede como estoy.

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