El campesino se hace la
ilusión
de una magnífica cosecha,
pero en sus adentros
masculla
las mermas de un año seco
o ventoso,
de los insectos
polinizadores
y también de aquellos
otros que muerden
y dejan mácula en los
frutos.
Claro que existe. El
enemigo
también existe. Existe
quien piensa de la misma
forma que yo,
pero también aquellos a
quienes
les gustaría subvertirlo
todo
y darle la vuelta como a
un reloj de arena.
La convivencia exige que
todos,
absolutamente todos,
podamos sentirnos
medianamente satisfechos,
todos oídos y respetados,
y cada uno haciendo
bandera
del enfoque con el que
mira,
el modo satisfactorio de
afrontar la vida.
El otro existe y tiene sus
razones
o sus errores para pensar
como piensa.
También yo tengo derecho
a exponer sin imponer,
a dialogar y tratar de
convencer,
a no creerme el ombligo
del mundo.
Seria lo ideal, pero no, desde que el mundo es mundo el enemigo siempre está delante, es lo que pensamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Poema lindíssimo que me fascinou ler
ResponderEliminarAbraço poético
Podría parecer muy sencillo, pero lograr las condiciones, cada vez es más difícil, ante la gran desigualdad que hay. Pocos se sienten satisfechos.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Efectivamente, todo lo que dices es necesario para una buena convivencia entre las personas que tanta falta hace.Saludos
ResponderEliminarDe los malos entendimientos, surgen las confrontaciones.
ResponderEliminarBesos.
Pues sí amigo. Un gran abrazo
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