Mañana tiene ritmo de compromiso,
tal vez de oblación,
de aplazamiento encadenado
a cada amanecer
que podría ser una cinta sin fin,
una veleta que gira sin instrucciones
ingrávidas, sin peso corporal,
renovación constante
con tendencia a eternizarse
en una realidad que nunca llega.
Mañana es promesa incumplida,
un acontecer sin concreción
que se retroalimenta en si misma.
¿Recuerdas? ¿Acaso lo recuerdas?
Me dijiste mañana y vivo encadenado
a tu voto perpetuo.
Mañana. El banquete soñado,
pronunciado por tu boca virginal.
Mañana será otro día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mañana es un aplazamiento que nunca se cumple, que nunca llega.
EliminarUn abrazo.
Agradecida por los versos que te han inspirado mis fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo, Antonia.
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