20 julio 2024

LLEGUÉ




Llegué una madrugada de abril,

entre dos luces

que acabarían por acunarme:

pequeño, mediocre...

Apenas nada.


Mi nombre sonoro acabó apocopado,

como mi escasa realidad.


Un tránsito de proyección en alza

y un declive pronunciado

borró las huellas de la progresión

y me devolvió al anonimato.


Ahora trazo con cuidado la curva

que me lleva a la recta de meta;

el motor acusa el esfuerzo,

pero resiste,

con más suerte que astucia,

ante los imprevistos del camino.

8 comentarios:

  1. Nos hacemos mayores amigo poeta y eso el cuerpo lo nota y nos lo hace saber. Saludos

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    1. Es inevitable, pero no debemos dejar que el cuerpo acabe en un sillón, por cómodo que sea. El ejercicio físico es muy útil para ser válido hasta el final, al menos el ejercicio de caminar diariamente.
      Un abrazo.

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  2. Precioso y digno poema de tu trayectoria vital.

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    1. Gracias por tu valoración, Tracy. Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  3. Yo llegué en abril también.
    Era once.
    Abrazo grande de anís.

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    1. Me adelanté a ti dos días, Sara. Era el 9 de abril.
      Un abrazo.

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  4. Tu humildad engrandece tu camino y tu meta, Francisco...Muy bello e inspirador.
    Mi abrazo siempre.

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    1. Muchas gracias, María Jesús, no es un ejercicio de humildad, sino un reconocimiento.
      Un afectuoso abrazo.

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