Tanta luz. Tanto derroche
desde el alba hasta la noche,
despilfarros a troche y moche;
cada día con su noche.
Tanta luz. Tanto derroche.
Amanece. Se filtra la luz
por donde no cupo el aire fresco
y no alivió los sudores
y sí perturbó el silencio.
Los primeros en salir
vociferaron obscenos
cual pregoneros playeros.
Tanta luz. Recrecida a medio día,
donde el sudor es profuso
y a la hora de la siesta,
cuando todo es más confuso
y el termómetro amenaza
con romper toda barrera,
y de subir no se cansa
como una eterna escalera.
Tanta luz. Tanto derroche,
a pesar de los reproches,
así nos trata el verano.
Me gusta el derroche de luz y no esos días tristes que nos esperan.
ResponderEliminarPor mis padecimientos físicos, los días oscuros, nublados, de cambios atmosféricos, me siento más arrugado.
EliminarUn abrazo.
Ahora para ver una estrella te tienes que marchar bien lejos, luz la justa y necesaria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes mucha razón, Emilio, lo hemos contaminado todo.
EliminarUn abrazo.
Para mi el verano es mi estación favorita y lo disfruto mucho aunque sea sola en mi casa, claro que aquí no tenemos esos calores que tienes en tu tierra aunque algunos días si que hemos llegad a 41º pero son pocos días. Ahora mismo tenemos una agradable temperatura de 25º. Saludos
ResponderEliminarSiendo aún muy joven me fui a trabajar una temporada a Zarauz y no entendía cómo la gente se bañaba en aquellos días, para mí oscuros y fríos.
EliminarUn abrazo.
Hay mucha más hora de luz diurna y no hace falta, en muchas horas encender la luz eléctrica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una razón más para amar al verano, al que amamos desde niños porque es tiempo de vacaciones.
EliminarUn abrazo.
Amo los días de luz, con todo y que ha sido un verano tan caliente.
ResponderEliminarMe gusta mucho la musicalidad de este poema.
Un abrazo.
Te lo agradezco mucho, Sara. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.