Los mendigos actuales son más numerosos,
pero no conocen noches tan profundas
como aquellas llenas de guirnaldas
que contando estrellas hacían presente el sueño
y les abrigaba el alma enamorada
que anda por los caminos solitarios
dejándose estelas de bondad
como blondas lumínicas con flores
y tan resplandecientes como las estrellas,
tan bondadosas como los dones céfiros
que dan a manos llenas las almas elegidas.
Si cierro mis ojos vuelven a mí
aquellas imágenes del ayer,
donde el forastero era un acontecimiento.
Hoy también son legión los desconocidos,
los que no saludan, los que sospechan
sin el menor de los indicios. Antes.
Antes
eran gitanos los culpables de todo,
ahora les ha nacido competencia internacional.
Salvo que jueguen al fútbol
y sean las estrellas que ya no lucen,
como antes lucían en el firmamento.
Las estrella del fútbol son aclamadas por todas partes, sin tener en cuenta el color de su piel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sé que es así, pero me resulta demencial.
EliminarUn abrazo de mi mirada a la tuya.
Triste realidad. Mejor no podría decirse.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Muchísimas gracias, Sara, por tu opinión.
EliminarUn abrazo.