En una canción, esquirlas del alma,
desgarros como descosidos
por donde se asoma la existencia,
tanto en grandeza como en mezquindad.
Se arropa en la armonía,
pero a veces tirita de desconsuelo
o por el contrario espasmos hirientes
como hacha afilada sobre la madera.
Tres minutos, una canción,
la síntesis de unas palpitaciones
que a veces te revuelcan en el lodo
y otras es nave nodriza
que te eleva sobre lo mundano
y te ayuda a volar hacia lo indefinido.
Tres minutos, un aperitivo
que excita el apetito
o la gota que colma el vaso
y te lleva al vértigo
y al ensimismamiento.
Hay canciones que te aceleran el corazón y te hacen soñar, otras traen recuerdos inolvidables, otras te dan alegría y animan a bailar pero hay muchas canciones que, al menos a mi, no me dicen nada. Saludos
ResponderEliminarSon esas que conectan con nuestra sensibilidad, las que nos tocan el corazón, Charo.
EliminarUn abrazo.
Una canción,siempre puede evocar, muchos recuerdos del pasado.
ResponderEliminarFeliz fin de semana. Un abrazo.
Y en ese pasado se juntan la canción y nuestros íntimos acontecimientos, Antonia.
EliminarUn abrazo.
La música imprescindible ara la vida.
ResponderEliminarTodo eso, la buena música y no demás, según nuestro estado de ánimo que va dándole todos los giros.
ResponderEliminarUn abrazo.