Todavía niño, cuando el sonido
de la trompeta en la plaza
fue la diana de mi despertar
a la música.
Aquella estridencia aguda,
escarpelo sajador,
en solos que allanan las trincheras,
señal inequívoca de mi convencimiento.
Quizás fuera más verosímil el saxo,
a pesar de la complejidad de tantas llaves,
pero también
fuera del presupuesto familiar.
Tuve que conformarme
con recortar dos trozos de vara,
con los que golpear
un banquillo de madera,
al que acompañaba emulando
sonidos metálicos
que en la boca se me antojaban orquestales.
Ayer y hoy, soñar
ha sido y sigue siendo
el preámbulo de cada derrota,
el prefacio de aconteceres
que no pasaron nunca
de proyectos fallidos, pero fueron,
en cada instante,
el combustible
con el que probar cada iniciativa.
No deben faltar los sueños. Ese combustible a pesar de todo lo que haya.
ResponderEliminarAbrazos.
Ese combustible es una bella metáfora, Sara.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Tuvimos la suerte de vivir en una época en que éramos creativos a la hora de "fabricar" nuestros propios juegos y no nos hacía falta nada más, éramos felices con nuestros juegos y nuestros sueños. Saludos
ResponderEliminarCreo que es más importante la necesidad creativa ante las carencias que la abundancia que adormece.
EliminarUn abrazo.
Si yo me hubiera decidido a aprender a tocar un instrumento, sería el piano o la guitarra.
ResponderEliminarTuve la posibilidad aprender a tocar el violí, pero al primer intento lo solté, me resultaba incómoda la posición del cuello.
Feliz domingo de descanso.
Esa curiosidad y ese empeño en aprender cada día...es señal inequívoca de la pasión por la vida. La música nos atrae a todos y nos eleva, Francisco. Sigue presente en tus poemas, tu sensibilidad y tu curiosidad de niño grande.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz fin de semana.
Me rejuvenecen tus palabras, María Jesús. Muchísimas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Y además con tan poco qué felices éramos. La imaginación volaba. Y eso no nos lo quita nadie. No como ahora que los niños lo tienen todo y no saben valorar las cosas.
ResponderEliminarBesos.
Se valora aquello que cuesta un esfuerzo conseguirlo. Esa es la diferencia.
EliminarUn abrazo, María.
Eso está bien que no falte nunca un sueño por conseguir.
ResponderEliminarEn esas tratamos de estar, Tracy, en ir dando cumplimiento a los sueños.
EliminarUn abrazo.