“En el principio ya existía la palabra...”
Yo no existía entonces,
pero al parecer solo era pronunciada
y tardaría bastante en ser escrita
y por tanto fijada.
Desde entonces ha sido continuamente
tergiversada, confundida, mal interpretada,
amoldada al interés de quien la pronuncia
y de cuantos la ponen en uso.
En mi relativa corta vida
ya he visto varios sistemas de fijación
que fueron quedando obsoletas:
el cilindro de cera, el disco de pizarra,
el magnetófono, el radiocasete…
La palabra es el medio de entendimiento
entre las personas,
pero la más de las veces
es usada para la discordia
en lugar de para el consenso.
Los animales tienen también
diversos sonidos de comunicación,
según sus especies,
pero casi siempre para dirimir
en lugar de para el entendimiento.
Tal vez por eso,
como el hombre tiene mucho de animal,
usa la palabra como ariete,
elevando el tono por encima del otro,
y la convierte en arma arrojadiza,
si es que se contenta sin difamar
y extenderla como mancha moral.
“En el principio ya existía la palabra...”
Pero como herramienta humana
casi siempre ha dejado mucho que desear,
por lo que con mucha frecuencia
es más sano el silencio que la palabra.
No, al principio fue el hombre con sus limitaciones y con una gran Torre de Babel.
ResponderEliminarUn abrazo
Antes de Babel y antes de que se pusiera erecto lo que acabó siendo bípedo, el hombre, fue mi larga la transición...
EliminarUn abrazo.
Cuanto daño pueden hacer las palabras que se supone tengan que ser para un acercamiento y entendimiento entre las personas. Un estupendo poema que invita a la reflexión. Saludos
ResponderEliminarLa reflexión ha sido la intención de este poema, Charo. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Una simple palabra puede sanar o puede demoler. A veces, es mejor quedarse callado. Excelente poema. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración, Luján.
EliminarUn abrazo.
Hay que pensar lo que se va a decir, antes de pronunciar las palabras. Muchos son los que expresan su opinión, sin reflexionar sobre ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
A eso se llama prudencia, querida Antonia.
EliminarUn abrazo.
Si, es importante la reflexión, mucho...Las palabras nos pueden acercar al cielo o al infierno. Buen poema para valorar la palabra y el silencio, Francisco. Te felicito por tu variedad de temas y tu sabiduría.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo y mi cariño, amigo.
(Me gustaría que leyeras de nuevo mi poema(Al filo de la vida) y el comentario de Maite-Volarela, ella te dará la clave del tema...)
Quizás no fuera mi mejor momento. Te pido perdón y te abrazo antes de volver.
EliminarMuy buena reflexión
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Antes de nosotros y después de nosotros, las palabras.
ResponderEliminarImpresionante poema.
Abrazos de anís especial.
Un anisado abrazo para ti, Sara
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