16 noviembre 2020

ATARDECE

 


Atardece, los vencejos

dibujan en el cielo acrobacias

tocando retirada

y buscan refugio en la arboleda de la plaza,

donde muchos niños jalean sus piruetas,

mientras las mamás se despiden

con la promesa de volver mañana.

 

Una veintena de chavales jadeantes

─corazones blancos de ternura─

juegos incesantes y malicia en espera

con algún que otro descalabro.

 

No hablan, gritan, vocean todos a una,

se abrazan y despiden con nostalgia.

Por encima de la torre

se asoma la noche con su capa parda

y se vislumbra un corro de estrellas.

 

Se van alejando,

al tiempo que el silencio emplaza su eco

de mustias añoranzas.

Sueña en la torre rotundas las campanadas

y se evaden los murmullos

por las esquinas dobladas.

 

Por las calles adyacentes discurren en retirada…

20 comentarios:

  1. No solo niños los que se van de retirada, llevamos un tiempo que salvo lo inconscientes salimos todos en retirada.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Francisco. La noche se queda con todos los lugares exteriores. Se adueña y el silencio hace su presencia. Nadie nos imaginábamos que tendríamos que estar a ciertas horas en casa sin poner salir a vivir la noche. Esto en unos años será un recuerdo y pronto lo olvidaremos. El ser humano olvida pronto el encierro.
    Buen poema del ocaso, los vencejos y los niños/niñas en la ciudad solitaria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, Isa. Nos han adelantado la madrugada. Ayer pasé por la Alameda a las 7 de la tarde y todo era desolación.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Un momento mágico para todos. Recuerdo esas tardes interminables de juegos durante la infancia. Y luego, el declinar del sol anunciando la vuelta a casa, ya cansados y exhaustos.
    Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos reflejamos nuestros recuerdos una y otra vez en las estampas del presente, Cayetano.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. No tanto ahora, pero cuando era niño me divertía viendo a los vencejos en sus círculos de vuelo en el cielo. Es un ave que, al caer al suelo, ya no puede iniciar el vuelo ya que tiene alas muy grandes y estas no le dejan levantar. Por eso duermes en las cavernas del techo y comienzas a volar lanzándote a la atmósfera, ¿sabes?

    Me gustó mucho el poema. Muy bonito
    .
    Feliz comienzo de semana
    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí muy cerca los vemos al atardecer haciendo arabesco por el cielo en bandadas enormes. Gracias por dejar tu comentario, Rykardo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Leyendo tu poema escuchaba en mi memoria los gritos de los niños en sus juegos en el parque que tengo debajo de mi casa, es algo idéntico a lo que tus versos explican.Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esta estampa forma parte de la memoria común, por muy lejos que esté la infancia.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. No se si será telepatía, pero ambos hemos coincidido con el tema del atardecer. Tan sólo varía en el tipo de la aportación. Lo tuyo es la poesía y expresarlo con las palabras y lo mío es con la recogida de imágenes, que hablan por sí solas.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te robaré algunas para futuros poemas, si acaso estás de acuerdo.
      Besos.

      Eliminar
    2. Están a tu disposición. El honor es mío, si es que quieres incluirlas en algunos de tus poemas.

      Eliminar
  7. Menos mal que tienen las plazas, porque los parques están cerrados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este es un tiempo muy complicado del que debemos salir airosos y con bien.
      Un abrazo.

      Eliminar
  8. Que bonito poema, tiene imágenes preciosas me dio mucha nostalgia la imagen y todo el poema.

    Abrazo fuerte,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Porque todos conservamos al niño que fuimos y ojalá no lo perdamos nunca.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  9. Otro hermoso cuadro pintado en palabras con tu maestría de siempre. Abrazo grandote y cuidarse.

    ResponderEliminar