Era, quizás algo más que un niño
cuando traté de trasplantar el mar
con la ayuda de un cubo
y un rastrillo de juguete.
Antes lo había intentado con las manos,
pero se escabullía el agua,
la sal, el yodo… Hasta los restos de algas
se me hacían líquido por entre los dedos.
Todo en fuga. Una evasiva en tránsito.
Alguna ocurrencia similar
también intenté con los sueños,
pero el resultado fue otro disparate
de dimensiones similares,
como cuando quise exprimir una nube
para saciar la sed del momento.
De niño experimentaba cosas
que acabaron siendo absurdas.
Ahora… Ahora sigo sin saber
otra multitud de cosas. ¡Qué triste,
es muchísimo lo que ignoro!
Últimamente estoy tratando
de estudiar la metafísica
de los bulos puestos en moda,
y en verdad ando bastante perdido.
Seguramente que, como con las armas,
alguien estará sacando beneficio de ello,
pero esa titularidad solo la conocen
las entidades financieras y lo ocultan
con sumo y sigiloso afán.
Es como san Agustín cuando vió a un niño que queria meter el agua en un agujero. Es imposible, pero se puede soñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, Emilio, la ignorancia es muy atrevida, pero al mismo tiempo no empuja a soñar.
EliminarUn abrazo.
Francisco, la curiosidad y el afán por aprender nos mantiene jóvenes...Pero hay temas oscuros, ciertamente misteriosos, que es mejor no profundizar en ellos, porque nos rompen la confianza en el ser humano y su deriva...Sigamos cerca de la naturaleza, que no nos engaña y sigue siendo sencilla y honesta, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable por tus inspiradas letras.
Si no jóvenes, tal como lo concebimos, sí mentalmente ágiles. Es bien difícil tragarnos las patrañas con las que nos hacen comulgar, María Jesús, pero como bien dices, sigamos a la naturaleza que no nos engaña.
EliminarUn cariñoso abrazo.
Sólo la inocencia de niño permite hacer cosas imposibles de lograr pero mientras lo intentan se llenan de ilusiones y todos hemos pasado por esas experiencia y es una pena cuando ya llegamos a cierta edad, que al igual que tú, nos damos cuenta que no sabemos nada. Saludos
ResponderEliminarLo triste son las decepciones que nos llevamos cuando bajamos el listón de las exigencias, Charo.
EliminarUn saludo muy afectuoso.
Please read my post
ResponderEliminarI will do it.
EliminarPatrañas, eso es, solo patrañas. Veo que has vuelto con el ismo ímpetu de siempre. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNecesito del ejercicio continuado para preservarme, Chelo. Ese es todo mi afán.
EliminarUn fuerte abrazo.
El niño, con su inocencia, piensa que todo lo que sueña se puede llegar a hacerse realidad.
ResponderEliminarFeliz fin de semana. Un abrazo.
Mientras actuemos como niños hay esperanza.
EliminarUn abrazo.
Les faltó una feliz niñez a los de las entidades financieras, para que tuvieran hoy la creatividad y ganar construyendo en vez de destruir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho tu visión de los hechos, Sara.
EliminarUn abrazo.