En la amalgama de un negro intenso
como mancha que se expande buscando el absoluto,
y que lo impregna de luz inversa,
el perfil de un caballero
de quien destaca la albura de la gorguera y las puñetas,
como distintivo de exclusividad.
Impronta de mediana edad, hombre curtido,
mas con delicadeza que le aleja de lo rudo,
cuya perilla y bigotes sobreabundan
por encima de la tupida barba
y lo enmarca en el caballero enjuto,
afilado, de frente despejada y entradas
que ensanchan la frente en su incipiente despoblamiento.
Al cinto, sobre su mano izquierda,
la empuñadura bruñida que deletrea su nobleza,
y al pecho, con algo de afectación y delicadeza,
de sumisión al Todopoderoso,
una mano que con feminidad implora
y no supone amenaza sino delectación
y sensibilidad más que marcial hidalguía.
Tan solo un retrato, el retrato,
una instantánea del siglo XVI
de los toledanos pinceles del Greco.
Creo que es algo más que un retrato o una instantaneo, cuenta una historia, tanto sobre quien lo pintó y donde vivió.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda el retrato es una realidad visible en el Museo del Prado, pero hay algo que cuenta la pintura con todo lujo de detalles que va más allá de la obra pictórica.
EliminarUn abrazo.
La imagen es toda historia.
ResponderEliminarHistoria inolvidable.
Feliz día Francisco
Un abrazo
Sin la menor duda, Carmen, historia pura.
EliminarUn abrazo.
El Greco es uno de mis pintores favoritos jy he tenido la suerte de ver algunas de sus pinturas en Toledo. Magnífico poema a este retrato.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo.
EliminarUn abrazo.
Hermosa manera de describir un sentimiento mirando el retrato de El Greco. Autor magnífico. Yo cuando estudiaba Historia del Arte me daban esas tareas: escribir qué me inspiraba al ver una obra, qué emociones sentía... Bello poema.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado, Luján.
EliminarUn abrazo.
Una descripción perfecta del cuadro de El Greco
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apreciación, Tracy.
EliminarUn abrazo.