Equívoco. Un trampantojo
de madrugada, cuando la brisa
se mudó arreciando sobre las copas
de la Alameda.
Una marejada salobre entre las ramas
que me trasplantó a la mar,
de la que ya en mayo uno está ansioso
y el tiempo se achata por lo polos
significando la impaciencia.
Sobre la mar caracolea un fanal lunático,
una franja imaginaria que divide las aguas
y se vincula a las crestas de las olas
para el tránsito del pánico al gozo.
No es virulento. Amaina, se templa;
ahora es un columpio acuático,
un vaivén en la somnolencia
que se voltea en el duermevela
de la agitada vigilia de madrugada.
El rumor es un musical constante,
un soniquete acaracolado en la memoria
que se eterniza como rumor hasta el alba.
Un equívoco. Un engaño a los sentidos
que bascula como columpio en el alma
con la algarabía de los días de fiesta.
Si no recuerdo mal La Alameda de Hercules de Sevilla está retirada del Atlantico y tiene por medio al Parque de Doñana, así que ni el rumor de las olas te llega, lo que si tiene es el ruido y la humedad de rio, anda que no pasé frio cuando viví cerca de él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que verdaderamente me llegan son los ecos de la memoria, Emilio, y para eso no se necesita la proximidad.
EliminarUn abrazo.
Qué maravillosas metáforas y admirable el manejo de la lengua castellana. Felicitaciones Francisco. Una joya de poema. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué suerte que me leas y me des estos estímulos, Luján!
EliminarUn abrazo muy agradecido.
Es ciertamente extraordinario sentir de esa forma tan palpable el agradable sonido del mar sin vivir cerca pero sintiéndolo cercano gracias a tus recuerdos. Cuanto deseo escuchar de verdad ese oleaje y ver cómo bailan las olas bajo el sol de una playa... deseo cumplir mi sueño. Saludos
ResponderEliminarCuando falta lo principal, uno echa mano a la mochila de los recuerdos y trata de suplirlo.
EliminarUn abrazo.
Ese equívoco o trampantojo, ese sonido del viento que te llevó a la música del mar y sus olas, es todo un regalo, aunque fuera espejismo, Francisco...La mente guarda sus recuerdos y de vez en cuando los saca a ventilar...Muy bello e inspirador, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz fin de semana.
Muchísimas gracias, María Jesús, por tus ricos comentarios y por tu amistad.
EliminarUn abrazo.