Un monosílabo,
un nombre común
que se hace obsesivo
cuando hay hambre.
Son muchos los hombres
que pasan hambre,
también los niños;
son muchos los hombre,
y los niños,
que tiran cada día
pan duro
o se lo echan a las palomas.
¡Qué duro tener hambre sin pan!
¡Qué ocioso tener pan sin hambre!
Existe otro pan,
el consagrado,
el que nos induce
a partir y compartir el pan;
pero andamos enredados
en el posesivo:
yo, mi, me, conmigo…
Y nos olvidamos
del mandato del pan consagrado:
Hasta quien debe de velar por ello lo incumple, una pena.
ResponderEliminarSaludos
Nos miramos demasiado el ombligo y creemos que cuando no tengo hambre ni frío todo el mundo está bien.
EliminarUn abrazo.
Señor da pan al hambriento y hambre de ti al que tiene pan. Porque es verdad, ambas situaciones son tristes, la primera de supervivencia y la segunda desperdiciar lo que se tiene. Un abrazo
ResponderEliminarEl Pan consagrado nos alimenta el espíritu algo tan necesario como el pan que alimenta el cuerpo. Es una injusticia terrible que haya personas que pasen hambre cómo lo es el tirar la comida. Saludos
ResponderEliminarEl pan de la tierra y el pan del cielo, ambos son necesarios y falta solidaridad y conciencia espiritual para honrar ambos panes...Mientras tanto, la reflexión y las letras claman generosidad en tu poema...Nada es en vano, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz semana de mayo.
En Argentina tenemos un índice alto de pobreza y de gente que no puede comer todos los días. Ese pan tan necesario, tan vital... es dignidad también. Abrazo.
ResponderEliminarJusto hoy leí algo que se asemeja a lo que has puesto...la vida en la actualidad tiene tantas faceta opuestas que a veces me pregunto si la humanidad tiene salvación como seres humanos o los sentimientos a la larga terminaran desapareciendo en una era robotica? En Brasil hay muchos muertos por las crecidas y miles de desaparecidos...gente que se quedo sin donde vivir, niños sin padres...pero en las noticias se reseña el fabuloso concierto de Madona y sus escenografias de ritos satñanicos y sexuales...gente que lo ha perdido todo y gente que gasta un dinneral para ir a ver ese concierto...duele de verdad....bss
ResponderEliminarOs ruego a todas que me aceptéis una respuesta única, así evito tener que repetirme. Entre los temas sobre los que escribo, este aparece una y otra vez sin que pueda evitarlo. Hace 23 años que soy voluntario en Cáritas y le tengo tomado el pulso a la realidad social de la ciudad de Sevilla donde vivo. Efectivamente los medios hablan de otros asuntos más banales, pero yo le pongo rostro a esas personas que lo pasan mal. Hay quien va a la Alameda y lleva pan duro picado para echarle a las palomas, como hay gente que desde el anonimato dan sus donativos para los pobres, a los que se suman los emigrantes huidos de la miseria o de la guerra. Gracias a todas por aceptar que os hable de los que no hablan los medios, por vuestra comprensión y solidaridad con el otro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a todas.