Me miras, con tus ojos de miel,
como quien observa ese ayer empedernido
que se nos ha esfumado,
como quien selecciona a la carta
y no distingue
aquello que el tiempo ha ido ajando.
Me miras en el portarretrato
de tus manos, con la fruición y el deleite
de un tiempo ininterrumpido
que lo modela y cultiva todo
como supervisando la eternidad.
Tú y yo. Ambos. Somos los mismos.
Maltrechos por los días, sí,
pero con el anhelo inconmovible
de un presente continuo
que se conjuga en plural
y nos ha traído hasta el hoy,
para provocar esta sonrisa de antaño
y esta aseveración congelada en el tiempo.
Más mayores y seguro que más sabios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tanto como eso no, Emilio, pero algo hemos aprendido por el camino. Ya sabes.
EliminarUn abrazo.
Loa años pasan para todos y aunque añoremos tiempos psados hay que vivir el presente de la mejor forma posible...Vosotros tenéis la suerte de teneros el uno al otro. Saludos
ResponderEliminarGracias, Charo. La vida es finita, pero debemos vivir el presente como si estuviésemos para siempre.
EliminarUn abrazo.
Deseo que esa mirada tan dulce te acompañe muchos días más y la disfrutes.
ResponderEliminarQue así sea, Katy. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Esos amores, tan duraderos, son los que son auténticos.
ResponderEliminarUn abrazo.
La vida nos ha ido conformando el uno en el otro. No todo han sido glorias y flores, pero los padecimientos también unen.
EliminarUn abrazo.
Muchas felicidades, seguís los dos teniendo caras de buena gente,
ResponderEliminarUn abrazo
Tratamos de no ser malas personas, ser buena gente es una cota bien alta.
EliminarUn abrazo.
Francisco, hay un halo eterno en tus letras y en la foto, que nos llega y emociona a todos...Que la Providencia os bendiga siempre.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, poeta.
Muchísimas gracias, María Jesús, por tu precioso deseo. No me considero poeta. Es cierto que hago a diario el ejercicio de escribir, pero sin otra ambición que mi propio ejercicio cognitivo y el de comunicarme con aquellos que me interesa.
EliminarUn fuerte y entrañable abrazo.