He pronunciado tu nombre
en este silencio que me ningunea
y se ha hecho luz mortecina,
rendijas de esperanza.
Te vislumbro
y mi agónico desvarío
se ha acompasado a tu sístole
como soldado aplicado
que quiere ser masa uniforme.
Mi voz,
y todo mi ser,
no hace otra cosa que buscarte
con la esperanza
de escuchar tu eco como respuesta
y plegarme a tu voluntad.
Y plegarme a tu voluntad... eso sólo es posible cuando se ama muchísimo. Saludos
ResponderEliminarSí, debe ser algo de eso, de modo que éramos niños y ya soy un anciano.
EliminarSigno de puro amor.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Tracy, por la pureza que ven tus ojos.
EliminarUn abrazo.