Lo sigo soñando,
apeteciéndolo siempre.
Será ascua de luz,
una incandescencia
entre labios de lava,
magma de tu ser y mi ser
que nace en las entrañas
y tomo su esencia,
como los nominales,
al vocalizarlo.
Fruto de tu carnosidad,
de mi carne,
de entre los dos,
de la mixtura;
cuya existencia es finita,
limitada como bocanada de aire.
No es algo en si,
lo es todo. Todo.
Todo entre tú y yo.
Es umbral y es cancela,
un fronterizo impaciente
que tiembla la espera,
que padece por ser
y se inquieta.
El beso que maquinamos
entre ambos,
es siempre una puesta de largo
una sustancia limitada
que tiende y sabe a infinito.
Bello poema, lo encuentro muy romántico. Saludos
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, Charo.
EliminarUn abrazo.
Escribes lo que sientes y por eso tus versos son tan auténticos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana. Un abrazo.
Así es, escribo lo que siento y como lo siento, aunque sin grandes pretensiones.
EliminarUn abrazo.
Hermosas y apasionadas metáforas, Francisco:
ResponderEliminar"Será ascua de luz,
una incandescencia
entre labios de lava,
magma de tu ser y mi ser
que nace en las entrañas
y tomo su esencia..."
Bello homenaje al beso.
Mi abrazo y feliz fin de semana.
¡Cómo agradecerte tanto, María Jesús!
EliminarUn cariñoso abrazo.