Juventud, ese flash que se despeina,
ese guiño que anuncia el anochecer
con melancolía. Ese aroma
a colonia a granel que se esfuma
en tanto se engalana y se peina.
Se enciende un farol en la plaza
tratando de prolongar el día
y algunos hasta siguen sus pasos
hacia el amanecer con sed insaciable,
con un afán que jamás se colma,
como mortecina vela que se agota.
Sombra furtiva, un visto y no visto
que se deshace como un escalofrío,
como es niebla matinal
cuya opacidad de visillo es perecedera.
Juventud, ese futuro imperfecto
que es locuacidad efímera
exenta de explicaciones,
que se retroalimenta día a día
con la misma complicación
de los número complejos.
Un estornudo. Un ya pasó.
Dicen o mejor se decoa hace años "juventud divino tesoro", eso sería antes, creo que el futuro de la juventud de hoy es triste y con un futuro más que imperfecto.
ResponderEliminarSaludos
Ojalá nos equivoquemos, Emilio, pero no pinta nada bien.
EliminarUn abrazo.
Mientras siga la ternura, la juventud está bien presente. No ha pasado, sigue en ti y todo el que puede seguir soñando.
ResponderEliminarBesos y abrazos de anís.
Muchas gracias, Sara, por esa mirada tuya.
EliminarUn abrazo.
Juventud, divino tesoro, que ya se nos ha ido.
ResponderEliminarUn abrazo
...y ya es irrecuperable. La vida se vive en línea recta, sin vuelta atrás.
EliminarUn abrazo.
Divina juventud. La viví y ahora sus recuerdos alegran mis días.
ResponderEliminarGracias Francisco por tu visita a mi blog, Me he alegrado mucho ver tu comentario. Un abrazo.
Ojalá podamos vernos el uno al otro durante mucho tiempo, Josefa.
EliminarUn abrazo.
Acertadas metáforas, que la describen, Francisco...La juventud física pasa rapidamente, como las flores de primavera...Nos dejan su recuerdo y esperamos a otra primavera para volverlas a ver...Sin embargo, la esencia de esa juventud permanece siempre en tu espíritu, amigo...Tu amor a la vida y a los tuyos, tu amor a las letras, tu amor a la belleza...Todo eso es el tesoro que has almacenado y sigue presente, como eterna juventud.
ResponderEliminarMi abrazo grande y feliz domingo.
Todas esas cosas, María Jesús, son los contagios que sin darnos cuenta vamos recibiendo a lo largo del camino. Gracias por tu inequívoca favorable mirada siempre.
EliminarUn abrazo.