Por la ventana de mi alcoba,
un aldabonazo de luz
aún cenicienta
que inaugura la mañana
para revestirla de
exclusividad:
trae sumado el ayer
y todavía ignora el mañana.
La otra noche fue una vuelta
al pasado,
un reencuentro intencionado
con el firmamento,
el cual sigue con su tendido
eléctrico
incólume.
Los días me ayudaron a olvidar
cómo el cielo se ilumina en
la oscuridad
y, en consecuencia,
a no poder identificar las
constelaciones;
a duras penas la osa mayor,
la osa menor y el madrugador
Venus.
Y es que mediado agosto, en
plena Sierra Blanca,
donde a oscuras sigue su
bullicioso trajín de vida,
donde destilan los pinos su
resina,
y también el romero y el
cantueso,
las retamas son ola vegetal
que todo lo alfombra
y mirar el espectáculo del
firmamento
es reafirmarse en la
pequeñez
minúscula en medio del
mundo.
La brisa entre las agujas
del pinsapo
y una docena de cantos no
identificados
eran testigos de la vida que
no dormía,
a pesar de la absoluta
oscuridad. Y en el cielo,
estrellas con prisa
que dejaban su estela de
fuego
quemando urgencias hacia
otro destino.
Porque, aunque todo duerme y a pesar de la oscuridad, la vida sigue: los murmullos entre los árboles, la brisa que mueve las hojas, el insomne que intenta volver -inútilmente- a conciliar el sueño...
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
De todo un poco, Cayetano. Pero en esta ocasión es verdad que nos trasladamos, con la ayuda de mi hijo Carlos, al olivar de Juanar y estuvimos viendo la lluvia de estrellas y todo lo que la envuelve.
EliminarUn abrazo.
Hola, ya vuelvo a estar por aquí aunque sea intermitentemente.
ResponderEliminar"Alcoba" bonita palabra que ya no se suele utilizar y que me vuelve a mi infancia/juventud, a la casa de mi padres , a tantos y tantos recuerdos... Un abrazo.
Bienvenida, Chelo muy querida. Para mí, estar en esta tierra es, de algún modo, volver a esa infancia y juventud; por tanto, son muchas las palabras que vuelven sin haberse ido.
EliminarUn fuerte abrazo.
A pesar de ser consciente de tu pequeñez, tu mente abarcaba la tierra y el cielo, Francisco. Pusiste en contacto el pino, el romero y las retamas con las constelaciones y las estrellas fugaces...Muy interesante.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana.
El buen observador, como el poeta o el pintor y también el músico, transmiten el arriba y abajo de manera completa y absoluta. Gracias, hermosa descripción. saludos.
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