16 agosto 2018

DE ENTRE TANTAS COSAS





De todos los arrumacos
y de todos los besos,
de todas las ofuscaciones
y los desencuentros;
de mi terquedad
y de tu ternura;
del tiempo inflamado de amor
y de todas las veces
que nos hemos perdonado,
que nos hemos fundido
o nos hemos odiado;
de todas las lágrimas
que derramamos juntos
y de todas aquellas risas
de las que hemos gozado,
si acaso me preguntas:
¿Qué nos ha quedado?
Fue pasando la vida
─con su dulce y su amargo─
se pasaron los años vividos,
pero el amor no ha pasado.

6 comentarios:

  1. La vida es eso: encuentros y desencuentros, luces y sombras. Y al final siempre queda un rescoldo de la antigua hoguera.
    Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dice el refranero que donde hay cenizas... Gracias, Cayetano, por tu constancia.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. ...Y gracias a la paciencia, a la constancia, al perdón, al empezar de nuevo... se ha moldeado el amor imperecedero.Toda una receta para las generaciones presentes, Francisco.
    Mi felicitación por tu buena síntesis.
    Mi abrazo y feliz día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, María Jesús. Eso que destacas es el propósito, dejar un testimonio de que es posible perseverar a lo largo de los años anteponiendo lo válido a lo accesorio.

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. Queda el amor, eso queda finalmente... queda para siempre.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El amor es el más valioso de todos los valores. Ni el diamante, ni el oro, el amor es lo más puro que ha creado Dios.

      Un abrazo.

      Eliminar