En mi cuerpo de ayer,
una mente ávida y con poco
saldo,
con sed ansiosa
siempre en crecimiento.
En mi cuerpo de hoy,
una agilidad en retroceso
una disfunción nueva cada
día,
una mente más ralentizada
pero igualmente sedienta.
De ayer a hoy, la misma
meta.
La meta es vivir...y morir en paz.
ResponderEliminarLa meta de todos los seres humanos.
Emotivo poema y bonita foto de juventud.
Un abrazo desde tierra granadina apreciado Francisco.
MA.
El blog de MA.
Por esa sed es que eres mejor que ayer, todos los días de tu vida. No dejes de enfocarte en esa meta.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Me encantó ! Qué hace Ale por allí ?
ResponderEliminarQué linda foto ! cuántos recuerdos !
Igual me gustas más hoy. Estás más churro, más interesante, porque allí eras un bebé.
Desde esta tarde fría, ¡otra vez el invierno ! va mi corazón.
Apapachos.
Breve pero condensada semblaza sobre tí. Además tu pluma es mágica, atrapa a los seguidores paara siempre. No te canses nunca...
ResponderEliminarUn abrazo.
MariCarmen.
El mismo cuerpo la misma meta, sedienta de saber y relentizada por el tiempo que pasa po él.
ResponderEliminarBesos, feliz semana.
Estoy de vacaciones de Internet y de blogs, pero hoy he caído en la tentación de ciberespacio y no puedo resistirme a la magia de tus palabras y a los pensamientos y emociones que transmiten.
ResponderEliminarMe encanta la foto que nos habla de tus pasados profesionales (que ya nos contaste al tratar en un post sobre la película "Hotel Budapest"...
Entre el hoy y el ayer se mantiene el espíritu, siempre sediento, de saber, de superarse, de luchar, de no decaer, de transmitir a los demás lo mejor de ti mismo.
¡Estoy en la misma batalla, por eso te comprendo! ¡Quiero ser como tú!
Un cariñoso abrazo, rogandote que sigas alentándonos con tu ejemplo.