Nombro cosas, objetos,
personas,
y todos ellos toman vida
en el latir de mis
pensamientos.
Cuando pronuncio tu nombre,
amada mía,
tomas corporeidad y hasta
aspiro tu aroma
inconfundible,
hasta transfigurarme.
En el vocablo está tu
contenido,
tu fuerza transformadora,
la ambrosía que sacia mi
sed,
el buqué de tus besos robados
asaltados, exaltados y
consentidos,
el soplo vital que ilumina
mi oscura y siniestra
sombra,
el complemento a mi ansia de
búsqueda
y la recompensa;
cuando te sueño y te nombro,
cuando me encharco en tu
tacto,
todo puro deseo complacido.
No quiero, me niego a abrir
los ojos,
prefiero nombrarte,
paladear tu nombre en mis
labios
y que anegues mi vida
con el agua y la luz de tu
presencia
acomodada a mi capricho
como en un sueño
cuando te nombro: bosque,
campana, jardín, parterre,
humilladero, reja abierta,
magia…
Tu nombre. Nombro tu nombre
y una nueva constelación se
hace presente.
Una bella constelación la de tus palabras llenas de poesía y amor.
ResponderEliminarMil gracias, Tracy, sé que no te merezco, pro en cambio eres muy fiel conmigo.
EliminarUn beso y una flor.
Una hermosura . Un estallido de emociones volcadas en palabras.
ResponderEliminarLindísimo.
Los dos últimos versos : ¡ una fiesta !
Apapachos !.
Me alegro que esos dos versos los hayas recibido como una fiesta. Lindas tus palabras, correntina.
EliminarAppapachos.
En nuestro universo interior hay miles de sistemas solares y nuevos big bang, que estallan al pronunciar un nombre, dar un abrazo o recordar algún momento inolvidable...La creatividad está en nuestra mano y el Creador disfruta sintiendo que, nos acercamos a El, lo emulamos y vamos dando salida a los talentos, que él nos dío...
ResponderEliminarMi abrazo de luz y feliz finde, Francisco.
M.Jesús
No siempre uno decide lo que escribe, pues a veces la escritura se desvía por la contingencia de una mano más sutil que no escribe al dictado y va creando por si sola, sin apenas ayuda del autor. De ahí que en ocasiones se cree un universo del que uno no tuvo constancia previa. El regalo complementario es encontrar un lector que, como tú, le encuentre sentido a todo ello.
EliminarMi agradecimiento eterno, María Jesús.
Un fuerte abrazo.
Sin palabras, nada existiría. Estos versos son de seda y satín, para acariciarlos con toda la ternura, hasta extender la sensación hacia todas las constelaciones.
ResponderEliminarUn gran abrazo, poeta tan predilecto de anís estrella.
Caricias y ternuras son tus palabras para mí, amiga Sara, de ahí que te corresponda con un
EliminarBeso anisado.