Dime; háblame
a lo recóndito de mi ser;
¿dónde está la fuga
por la que se han
escabullido
mis fuerzas de antaño,
el vigor pretérito
sin el que no me reconozco.
El giraldillo veleidoso de
mi cuerpo
es juguete de todos los
vientos,
en todos se reconoce
y todos lo hacen bailar
al son de cualesquier
quebranto
como peonza alocada
ante insospechado y leve
cambio,
antes incluso de dar sobre
sí
el primer requiebro.
Hoy habito el espacio de
ayer,
pero no se reconcilia con mi
identidad,
sólo se saludan en el
recuerdo
sin identificarse al detalle.
Dime; háblame; cuéntame,
¿por qué escollera se ha
derramado
el fluido vital de mi
energía?
Todas estas preguntas no tienen respuesta. Yo también me las hago. Las mismas.
ResponderEliminar¿Crees que encontré las respuestas ? NADA.
Envuélvete en tus versos que son de extrema belleza . Lo demás ... ¡dejarlo fluir !...
Apapachos.
Hola querido Francisco
ResponderEliminarSon preguntas retóricas, no hay respuestas. Sólo hay que dejarse llevar por aquello que nos llena el alma y dejar... que esas son cosas del tiempo, de su recorrido, lo verdadero importante es el corazón y lo que él siente.
Besos