Los ecologistas denuncian
cómo día a día
van desapareciendo de lo
cotidiano
la pequeña presencia animal
─tan molesta para los
cultivos─
de entre los sembrados;
esa supervivencia animal
tan imprescindibles
polinizando.
Queremos eliminar de nuestra
vista
el sacrificio de cada
solomillo,
la muerte cruenta del
cochino
y se nos van los ojos
tras un plato de buen jamón;
peces y mariscos, también el
puerro,
el perejil, la alcachofa o
la zanahoria
estaban vivos mientras habitaban
sus medios terrícolas.
La vida es una sucesión de
muerte
que se transforma en vida.
Pero
en este tiempo light
nos gusta mirar de perfil
y no afrontar la vida de
frente.
Muy buena tu pluma... bien dicho Paco.
ResponderEliminarUn abrazo.
MA.
El blog de MA.
El ser humano y sus contradicciones.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
"Cuando muera la última abeja del mundo, será el final de la humanidad". Esta vieja frase se repite mucho hoy día. Demasiado optimista, la humanidad desaparecerá antes. El planeta se transforma para defenderse del maltrato humano. Y seguirá en su órbita elíptica sin nosotros...quizás sobrevivan ciertas plantas y animales, espero que sí, pero que no sufran!
ResponderEliminarTu poesía lo dice todo, amigo Francisco, Como siempre, tu sabiduría nos llega en pocas palabras. Gracias y abrazos!
PD: He estado ausente porque enviudé en enero 2015. Se me fue la inspiración. Espero que las musas me la devolverán pronto.
Vida y muerte se alternan y permanecemos impasibles ante la desaparición de especies de animales...Nos está llegando el cambio climático y seguimos dormidos...Hasta que la vida nos despierte frente a frente...
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, amigo.
M.Jesús