01 agosto 2015

CÓDIGO



En un seto de adelfas:
flores blancas, rosas y rojas
y el verdor perenne
habla de sed satisfecha,
a pesar  del escaso riego.
En el silencio humano,
el gran bullir ajeno
de grillos que criquean
como harpas y xilófonos al viento.

Un silencio atronador
en medio de la ola
de calor asfixiante,
una música que aburre
en su cric-cric eterno;
por su compás sempiterno,
asociado al calor
sobredimensionado
que se hace silencio
en la proximidad humana.

Ya nadie niega el cambio
climático, pero tampoco
sabe nadie descifrar el código
con el que desactivarlo. 

11 comentarios:

  1. Has escrito lo más bonito que he leído este verano sobre el calor que estamos sufriendo.

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  2. El verano es agotador, me imagino lo que estas sufriendo querido Francisco. Acá el invierno no es tan crudo, pero se siente.
    Hermoso poema como siempre, nos deleitas con tus preciosas letras. Un placer.
    Besos

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    1. Muchas gracias, Luján, por tu opinión, la cual siempre tomo en cuenta.
      Besos.

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  3. Bellas letras para un verano sofocante, tienes razón, con tantos inventos y la mente humana no ha conseguido controlar el giro del cambio que está dando el clima, aquí en estas tierras ya no hay navidades blancas.
    Un abrazo
    Ambar

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    1. Es posible que no podamos hacer mucho, pero al menos deberíamos hacer las cosas bien, para que no quede dudas de que no es por la intervención del hombre, aunque de momento demostramos todo lo contrario.
      Besos.

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  4. Las adelfas nos invitan a resisitir, a aceptar y a vivir los calores en silencio...El hombre sigue lejos del misterio de los climas y del universo, a pesar de que sueñe en sus avances tecnológicos...Aún nos queda mucho por aprender.
    Mi abrazo de luz y feliz finde, Francisco.
    M.Jesús

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    1. No es el azar el que me ha llevado a elegir las adelfas, María Jesús. Pero, ¿tendremos las personas una resistencia similar? Aprendemos hasta que morimos y a veces una vida no es suficiente.
      Besos.

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  5. Hola Francisco . El clima está loco al igual que el mundo.Habría que aprender de las adelfas para pasar inmunes por todo este descontrol climático.
    Los huesos se quejan y gimen.
    Apapachos.

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    1. Nuestros huesos son sólo como el termómetro que dice que algo no va bien, pero no sabe detectar el porqué. Seamos adelfas resistentes, estoicas, fuertes y resistentes al sol, a la lluvia, al frío o al viento.
      Apapachos besados.

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  6. Hay códigos muy difíciles de descrifar. Besos

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