Amanece. Todavía se
arrastran sombras
dilatadas más poderosas que
la luz
naciente y tímida. Salgo con
sigilo
de la cama envuelto en
penumbra.
Descalzo, siento el alivio
del mármol
ascendiendo por los pies y
regenerándome.
En la terraza, la luz es
claror ascendente
y los pájaros ensayan sus
primeros vuelos
elevando acrobáticos coros
de alegría
animados por el canto del
gallo.
Mi mirada primera es de
queja
por un despertar
precipitado,
cuando el descanso,
sobresaltado,
no había llegado a colmo
complaciente.
No hay tal silencio, sino
espectáculo
de luz y sonido superior al
imaginado:
los árboles son instrumentos
en brazos
del aire; deambulan a lo
lejos dos
trasnochadores a los que les
amaneció
la fiesta y vocean sin
respeto entre sí
ni para los que descansan
todavía.
Se alejan con la cantinela
del “y tú más”
y el silencio natural vuelve
a sus posiciones,
cuando la luz ya se ha
desparramado
y el cielo se torna en débil
azul
con leves brochazos de
blanco
que acabarán por
dispersarse. Amanece
y la danza del sol en su
ascensión
matutina, es gozo
restrictivo para quienes
por deber o devoción
madrugaron.
Amanece mientras despierto
completamente,
un evento diario y en
directo,
siempre igual. Siempre
diferente.
Una experiencia única. No hay belleza comparable a un amanecer en cualquier parte. Pero muy especial si se está frente al mar y por allí aparece el sol como bola de fuego acariciando el agua.
ResponderEliminarMe ha gustado tu poema. Gracias por compartirlo gratuitamente.
También es una belleza comparable al amanecer provocar en ti los mismos sentimientos que he vivido engarzando palabras. Gracias por tan bello comentario.
EliminarBesos.
... que no es poco.
ResponderEliminarUn saludo.
Homenaje a José Saza Sazatornil, "Saza"
EliminarUn abrazo
Una preciosura Francisco. Has bordado con hilos de plata un amanecer de ensueño.
ResponderEliminar"Amanece... que no es poco " dice la canción..
No tengo la suerte de tener el mar enfrente y hasta el río me queda lejos, pero siempre se puede soñar. Aún entre cemento y avenidas .llenas de luces y locos trasnochados que cada vez son más.
Apapachos.
Estoy viviendo un verano de más encierro del que imaginas. Mi estado físico no me ayuda a ir de un lugar a otro y casi todo sucede en mi mente y en la terraza de mi vivienda, pero que no los limite la belleza de las ideas la triste realidad.
EliminarGracias por tan bello comentario.
Apapachos.
Ese espectáculo de luz y sonido es todo un big bang en el alma, que es consciente del milagro de la vida...Tu paisaje bucólico es conmovedor, Francisco y lo estás viviendo a tope, aunque salgas poco...La vida es la intensidad del sentimiento..y éste a veces es mas real, que la realidad palpable.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz.
M.Jesús