Cuando la brisa se filtra
por entre las agujas verdes
con aroma a resina,
cuando se escabulle
por entre las rendijas
de diez mil o cien mil acículas
y suena a solo de flauta
travesera,
ante una gran orquesta
que argumenta en silencio;
cuando el paseo por el monte
se hace extenuación extrema
y te dispones al descanso
mientras repones fuerzas,
en esa improvisada
sobremesa,
te acoge la dulce y tupida
alfombra de un pino piñonero
y te ofrece por tapiz de
faquir,
el mullido suelo acerado de
ocre
sobre el que no es fácil el
acomodo,
pero sí muy placentero
cuando te recolocas de
espaldas,
─entornados los ojos─
y escuchas los deleitosos
suspiros
musicales de la naturaleza.
No sabes cuánto me gustan los pinos ! Has logrado una descripción re linda de estos árboles de ensueño. Son tan especiales . Tengo una larga relación amorosa con los pinos , los que son puntiagudos.. Gustavo los plantó en la quinta de chiquititos y los vi crecer hasta formar una avenida verde maravillosa. Son recuerdos ...
ResponderEliminarApapachos . ¡VIVAN LOS PINOS !
Me alegro haber acertado, María del Carmen. ¡Vivan los pinos!
EliminarApapachos.
Hola Francisco.
ResponderEliminarMaravilloso le cantas al pino de fresco verdor, es placentero recostarse a la sombra del pino con aroma a resina y escuchar el silenciodo murmullo de la naturaleza.
Un abrazo.
Ambar
Escuchar el silencio del bosque es maravilloso, sin dudas.
EliminarUn abrazo.
Preciosa entrada a la Madre Naturaleza. Cuando visité Doñana con mi grupo, la inmensidad de pinos me maravillaba y disfruté mucho. Enhorabuena, es una gozada la que compertes con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mari Carmen.
Doñana es una reserva natural muy especial (en verdad, Parque Nacional), con una variedad biológica maravillosa. Lo que he tratado de describir es mucho más humilde.
EliminarUn abrazo.
Muy agradecido el pino. A más calor, más olor resinoso que nos brinda.
ResponderEliminarUn saludo.
Así son las personas generosas, como los pinos, que dan más cuanto más se les solicita.
EliminarUn abrazo.
Francisco, vivo enfrente de la Dehesa militar, toda llena de pinos...Y puedo oir la deleitosa armonía de suspiros, que todos los días me despiertan y me arrullan...Mi gratitud por este homenaje a este árbol fuerte y sufrido, que sabe resistir estoicamente fríos y calores.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y mi cariño.
M.Jesús
¡Qué delicia! En Marbella vivo alejado del mar y de la ciudad en sí. Frente a mi terraza discurre un río que metros más abajo está embovedado: árboles, patos y hasta gallos en algún corral vecino que me cantan al amanecer. Como soy madrugador, disfruto de ese amanecer cada mañana, bucólico como uno no podría ubicar en Marbella.
EliminarBesos.
Los pinos hacen música con el susurro de las piñas que colman el manto ocre del bosque al caer maduras sobre el terreno.
ResponderEliminary mientras, nos hablan los hados a través de tus versos.
Un abrazo, amigo Paco, admirado poeta
Gracias, Mascab, por tu comentario, casi extensión de mi poema.
EliminarBesos.