En este tiempo angosto,
donde los caminos son
bullicios,
nadie anuncia proximidad
con el eco de sus cánticos,
pero portan auriculares de
cabezas gachas
en la anodina individualidad
de una ostensible sordera
común.
Por el ojo patío, ya no
cantan
las vecinas las coplas de
moda,
ni hablan del escándalo
del inquilino del quinto
derecha;
a veces el ruido metálico
que reclama avisar al
servicio
técnico de una lavadora.
En este tiempo presente
de las redes sociales,
sabemos más de Argentina o México
que del tono de voz
de quien baja o sube
en nuestro mismo ascensor.
Hace unos días, en la
gaditana
Plaza de las Flores
─contradiciendo los tiempos─
se entonaba el camarero por
alegrías,
al tiempo que tomaba la
comanda;
en este y en todo tiempo,
las personas marcan las
diferencias
fuera del dictado de las
modas.
Cuando uno descubre esos rincones donde el tiempo pareciera detenido y se respira una cercanía que se pierde con la globalidad..uno se siente como de regreso al pasado...a la niñez...a esas épocas en donde de la mano de los padres recorríamos ciudades y la gente era amable...servicial..cariñosa...donde aún no se perdía la confianza en los demás.. besos...feliz fin de semana..amigo Francisco
ResponderEliminarEs cierto, Mirella, ha sido ese encuentro con un tiempo que ya no es actualidad lo que me ha impulsado a escribir del contraste, cosa que no es de los tiempos, sino de las actitudes personales. ¡Feliz fin de semana!
EliminarBesos.
Lo primero que me he fijado es en la foto de cabecera y en seguida identifiqué la tacita de plata y es que todos los años paso un tiempo del verano en esa acogedora ciudad. Lo que me acabo de dar cuenta al ver esta imagen que siempre he fotogafiado esta plaza en sentido contrario a esta toma, es decir, con el edificio de correos enfrente en lugar de a la espalda, seguramente se deberá a la posición del sol, cuando he pasado por ahí....quizás en alguna ocasión, nos hemos cruzado. si sueles ir por ahí y no hayamos reparado el uno en el otro.
ResponderEliminarCádiz es otro mundo...sus gentes son abiertas y una vez que entablas conversación, te tratan cómo si te conocieran de toda la vida, no tengo vivienda allí, pero cómo todos los años alquilo el mismo apartamento, el portero ya tiene una cierta amistad con mi familia y además un cierto conocimento con algún vecino.
Besos
Celebro esta coincidencia. Yo no voy tan frecuente como tú a Cádiz, pero es una ciudad que me enamora. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.