Mientras él hace escalas,
golpeo sobre la mesa los
nudillos
marcando el compás de la
añoranza
y pasa ante el Nodo de mis
recuerdos
las noches y madrugadas de
otros tiempos.
Carraspeo y me da entrada
que no puedo seguir. “Sube
la cejilla al dos”.
─el fracaso aconseja bajar
dos tonos─
y vuelvo a carraspear y a
fracasar;
él hace un falsete de
complacencia
y se me asoman a la voz dos
lágrimas
de impotencia que él detecta
y acompasa pisando con la
mano izquierda
todas las cuerdas con son
enronquecido.
“Ponla al aire” ─le digo resuelto─
y me responde: “dame una
tregua,
necesito antes calentar
dedos.”
Él sabe cómo he perdido voz
y hasta me falla la memoria
y confundo las letras en
popurrí;
tampoco se ha olvidado de
seguir amándome.
Hola Francisco... Emotivo poema.
ResponderEliminarPasado y presente en tus letras,se juntan con amor paternal
de padre e hijo para la posteridad.
Un abrazo.
MA.
El blog de MA.
No cualquiera se arranca con el "cante jondo". Solo es para valientes. Te aconsejo calentar antes la voz con un par de tragos de manzanilla.
ResponderEliminarPara tu consuelo te diré que los poetas y los escritores en general lo mejor que hacen -o hacemos- no es leer o cantar sino componer.
Un saludo.
Hermoso poema.
ResponderEliminarCreo que más allá de poder o no seguir la música ( de eso no entiendo ) salga como salga,
lo verdaderamente importante es COMPARTIR con un hijo. Lo demás tiene que ver con el tiempo. que se va llevando muchas de nuestras capacidades.
"tampoco se ha olvidado de seguir amándome" tu hijo jamás se olvidaré de seguir amándote y eso lo sabes MUY BIEN.Aún cuando no estemos , el amor no morirá jamás.
Apapachos.
Qué bonita conjunción entre padre e hijo, el amor familiar enmarcado por los acordes de una guitarra... no importa como haya salido el canto, lo importante es vivir momentos tan bellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que os ha salido un bello canto de amor más allá de la voz y los compases, Francisco...
ResponderEliminarMi abrazo y feliz noche, amigo.
M.Jesús