Era un tierno polluelo
níveo como el alba,
resultaba extraño en la
colonia,
pero lo arracimaron
entre más de un centenar
de gritonas gaviotas
y acabó siendo
—a vista de pájaro—
uno más de los pescadores
aéreos.
Creció y creció como crece
el viento a la caída de la
tarde
al llegar el otoño;
meses después dobló
y hasta cuadriplicó en
envergadura
a todas las gaviotas,
pero nunca lo supo
y jamás se sintió un extraño;
tampoco le explicó nadie
que su familia no es
mediterránea,
sino que vive en el
Atlántico Sur:
nunca lo supo.
A este polluelo me lo como a besos.
ResponderEliminarTus versos hoy , están borrachos de ternura. No sé por qué sólo puedo ver al tierno pajarito. De grande no lo distingo. .Ha de haber sufrido mucho creciendo entre extraños. Ya sé que luego se habrá acostumbrado pero me da mucha pena.Por eso no me lo llevo conmigo , a mi cuaderno de los tesoros. Para cobijarlo.
Una joyita , españolito !
Apapachos.
Gracias por tu tierno comentario, María del Carmen. Ese polluelo era una cría de albatros, pero nunca se aventuró a cruzar el océano porque no tenía conciencia de sí mismo. A las personas nos sucede lo mismo con frecuencia, no somos capaces de dar ese paso adelante porque no conocemos bien nuestras potencialidades.
EliminarApapachos.
Hoy he bajado a la civilización y no quiero dejar de decirte, que aunque no te comente porque no puedo, leo el principio de todas tus entradas y me están apasionando tanto, aunque no conozca el final (google sólo pone el comienzo en el adelanto de la entrada), que si las recopilas en un libro dedicado al mar y me lo comunicas, seré la primera en comprarlo.
ResponderEliminar¿Te lo has planteado hacer el libro?.
Cuando esté de lleno en la civilización te leeré.
Un abrazo POETA.
Te agradezco mucho ese esfuerzo de quedarte a medias. Todas estas entradas son un libro que se llama "Memorias del mar" y que junto a una decena de inéditos voy a darle forma en breve. Pero ya sabes que mi estado físico no está para ir haciendo presentaciones para lograr venderlos, ni espero de ello otro negocio que ruinoso. En lo que estoy es en editarlos gratis para poder ser leídos como libros electrónicos. En su día haré un aviso para que los descargue quien quiera o enviárselo. Ando familiarizándome con el programa "Calibre" y ya daré noticias.
EliminarGracias desde mi corazón y besos.
Espero no se me pase esa comunicación. Un abrazo
EliminarChelo, tú la recibirás como prueba con antelación a mí mismo.
EliminarBesos.
Espero que me avises aunque no oso llegar a que hagas conmigo lo que le dices a Chelo. Sólo avísame. Gracias.
EliminarPor supuesto que sí, Tracy, tú estás dentro de mi y por tanto en mi listado.
EliminarBesos
Comoel "patito feo", pero en vez de lidiar con los patos le toco hacerlo con las gaviotas (peperas o no).
ResponderEliminarUn saludo.
La pepera es sólo una, así que esperemos que no tuviera esa suerte.
EliminarUn abrazo.
Distinto. Como Juan Salvador, aunque él si fuera una gaviota.
ResponderEliminarLos temas en la literatura, como suele pasar en la música, son variaciones, pero en ello está la belleza.
EliminarUn abrazo
¡Quién pudiera volar como las aves! ¡cuánto daría por ello! pero como no puedo... me conformo volar con la mirada, y, sobre todo... con los sueños y las letras.
ResponderEliminarUn beso.
Tenemos un intelecto al que no se le pueden poner límites, así que la facultad que no poseemos, pueden gozarlas los sentidos o el pensamiento.
EliminarBesos, María.
Creo que ya te he dicho lo que me gusta leer tus poemas, ¿verdad? Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarAbrazo!
Mil perdones. Se me había escapado responderte y darte las gracias.
EliminarDos besos.
No te imaginas cuanto me ha dado que pensar tu poema, y como he descubierto cosas personales que me costaba entender. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarEs evidente que no he dado todas las claves, porque entonces sería un relato. Un pollo de albatros se encuentra perdido y acogido por una familia de gaviotas, pero él nunca lo supo.
EliminarGracias por tu comentario y por tu esfuerzo.
Besos.