La mirada suspendida
en el curso decreciente del
sol
en su ocaso,
esperando no sólo el
declinar
del astro sol,
sino el espectáculo lumínico
con el que sorprenderá
dorando o incendiando nubes
o el destintar la escala de
grises
que oscurece al paso
incesante
del sol en su recorrido.
La mirada suspendida
en el barco, rayano
horizonte,
mínimo en la distancia
y empequeñecido según se
alejaba
con rumbo al Estrecho,
donde el mar se hace
Atlántico
y extremadamente anchuroso.
La mirada suspendida
en la placidez del agua,
de los aconteceres,
de la luz, de las
perspectivas
y la luminosa estrella que
alumbra mi vida.
A tus letras quedo rendida, a tu sensibilidad me acerco y la imagen del instante queda grabada.
ResponderEliminarHermoso¡
Besos muy fuertes,
tRamos
La única rendición que acepto es la de la amistad. Letras (de banco), ahora no tengo, pero las tuve. Gracias por la hermosura de la que hablas.
EliminarBesos marinos.
Mientras esa estrella siga brillando, el mar y ella, serán la fuente de tu bella inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael, por tus delicadas palabras.
EliminarUn abrazo.
La mirada suspendida en ese reflejo de tu voz...
ResponderEliminarMuy bello¡
Enhorabuena, por esa mirada tan bonita. Feliz semana, amigo¡
Veo en tus ojos el mar, la mar azur. Muchas gracias.
EliminarBesos.
¡Escandalosamente hermoso , españolito ! ¡"Te has pasado siete pueblos "1 Un poema magistral con un verso final que sólo puede ser una gema de jade purísimo.
ResponderEliminar¡FANTASTICO !por supuesto "Se va conmigo " (lo aprendí de Pat ) eres un poeta de excelencia .yo me arrimo para que me contagies el talento. ¡APLAUSOS !
Apapachos .
¡¡¡PRECIOSO!!!
EliminarAmistosmente.
Mari Carmen.
Mi correntina querida, si pensara más en ti cuando miro al mar, entonces... entonces todos mis poemas se irían contigo, pues sé de antemano cuales te van a gustar.
EliminarApapachos.
Mari Carmen, a veces una palabra basta para decirlo todo. Muchas gracias.
EliminarUn beso, si no lo consideras osado.
Qué tendrá el ocaso que a todos embelesa y arranca de cada uno el alma del filósofo y del poeta que llevamos dentro. Y además está el mar. ¿Se puede pedir más?
ResponderEliminarYo me pido un aplauso para ti por tu comentario, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
El mar y el ocaso... un lugar y un momento en el que las almas parecen suspendidas, reflexivas, casi apagadas.
ResponderEliminarUn beso
Has redondeado el poema, Carmen. Muchas gracias.
EliminarUn beso.