Era
un tiempo ensimismado
en
el ayer, tiempo en el que la nada
también
lo era todo
y
la mar sigue con su batir constante
sin
acusar recibo.
Hasta
las primeras dunas
y
en otros casos
hasta
el barranco,
las
huertas y en especial
las
sabrosas plantaciones
de
caña de azúcar
en
toda la franja costera;
ahora
es el ladrillo
el
de la panorámica sobre el mar
y
balcones y terrazas sobre la playa
en
todo el litoral:
el
hombre ha cambiado
de
vestido a la zona marítima,
pero
la mar sólo ha notado
el
alboroto de las motos de agua.
Todo, todo, todo ha cambiado de forma exagerada, antes recuerdo de niña ir al río, estaba el agua muy limpio y cristalino, y ahora, ni el mar está así, todo ha cambiado, hasta nosotros también.
ResponderEliminarUn beso.
¿Qué hemos hecho de la herencia recibida? Todo lo edificado que conocí de niño a lo largo de la costa eran las torres vigías (las que quedaban), para prevenir la entrada del enemigo. Todavía queda alguna que ya no es visible, como necesita su función. ¿Qué vamos a dejar en herencia?
EliminarUn beso.
¡En qué momento nos quitaron la tranquilidad...!
ResponderEliminarLa naturaleza ha permanecido tal cual durante siglos, pero en los últimos 60 años nos hemos cargado todo el litoral mediterráneo. ¡Viva el progreso!
EliminarBesos.
Sí, debe de estar muy alborotado por ellas.
ResponderEliminarUn beso.
Dicen que no tardará mucho en que se derrita el Polo Norte, lo que conllevaría un severo aumento del nivel del mar. Me temo que el mar recupere un día lo robado.
EliminarBesos.
Ladrillos y más ladrones. ...
ResponderEliminarBesos muy cariñosos
tRamos
No son palabras sinónimas, pero una es consecuencia de la otra.
EliminarBesos.
Lo que fue, ya no es más. La vida "corre que dale" como dice María Jesús. La naturaleza está cansada de tanto maltrato. Ya estamos viendo las consecuencias.
ResponderEliminarApapachos.
Por eso yo me voy a la playa de San Fernando donde sólo son testigos del mar las Salinas.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Tu canto es una clara denuncia a la masificación de las playas, que en vez de hermosos palmerales o árboles muestran espantosas edificaciones llenas de ventanas.
ResponderEliminarMirando al mar es la única manera de perderse en el horizonte.
Bss
Todo cambia, amigo..."El tiempo corre que vuela"( corrijo a mi amiga argentina...sonrío)y aunque el paisaje se llena de terrazas...El mar, ese mar rebelde e indómito, sigue siendo el mismo...Contempla las motos de agua y las deja jugar con sus olas, hasta que aparece el temporal y el mar despliega su fuerza y su enfado...Mi gratitud y mi abrazo siempre, amigo.
ResponderEliminarM.Jesús