A los diez años,
Marbella dilató mi mundo
conocido
y el mar derribó las
fronteras
pasando por mi mente
imágenes de
Tartessos, Roma, Grecia,
las Américas... todo aquello
de lo que hablaban los
textos
de Geografía e Historia.
La gente de la mar
me enseñó a hablarle al mar
en femenino,
porque así es la madre:
abierta, generosa,
abundante,
a veces brava y tempesteada,
pero siempre rumbosa,
pronta a la caricia, a
estrecharte
en su seno de madre
a cantarte monótonas
melodías
que acunan rítmicamente.
A los diez años,
palpé el azul que antes
veía a lo lejos desde Ojén
y comprendí la redondez del
mundo,
la indefinición del
horizonte
como efecto visual
y lo lejos que está una
madre
a ocho kilómetros de
distancia.
Realmente qué maravilla ! cuánto más hablas del mar y lo describes más fuerte se vuelve mi deseo de verlo y meterme en sus aguas.. Me gusta mucho la comparación que haces con una madre . ..."pronta a la caricia "...sí así es .
ResponderEliminarTienes una sensibilidad exquisita, españolito.
Apapachos.
No me da miedo crear en ti ese deseo, pues el mar supera todos los sueños. En tu próximo viaje a España vas a conocer cosas extraordinarias. Gracias por tus palabras.
EliminarApapachos.
Debes encontrarte la mar de feliz en un lugar que te trae tantos recuerdos de la infancia.
ResponderEliminarUn saludo.
El único contratiempo, Cayetano, es que cuando uno se refugia tanto en la infancia es porque hasta la juventud esta ya lejanísima.
EliminarUn abrazo.
Cuanto echo de menos el mar, la mar, pero no para darme solo el bañito de turno sino para vivir en sus orillas. Mi contacto fue a los 5 años y no me separé de sus orillas hasta los 23. Comprenderás que hondo me han llegado tus versos.
ResponderEliminarBss
Me satisface que mis palabras puedan evocar tus vivencias y hacerte revivirlas.
EliminarBesos.
a 8 kitolomeros de distancia está usté de nos, los vulgares, En este ha estado usté tan moderno, que los nuevos no parecen vivos.
ResponderEliminarNo quisiera interpretar lo que leo de forma errónea, porque no hay otra vulgaridad que la soberbia y yo me aplico en ser cada día más humilde. Gracias por tus palabras.
EliminarBesos.
Y esos recuerdos permanecen en ti, porque los viviste con intensidad...La inmensidad generosa y femenina del mar...y la distancia de una madre a km de distancia...La vida te ha concedido la palabra y la sensibilidad para que eternices esos recuerdos y los hagamos nuestros, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso por tus bellas y profundas letras.
M.Jesús
Esa distancia hoy tan escasa, había que recorrerla a pie, o sea dos horas de camino. Gracias, María Jesús, gracias y mil gracias.
EliminarBesos.