La playa es un lugar de
culto
donde el cuerpo es el ídolo
en un altar de arena,
de agua cuando se tercia,
pero fundamentalmente sol
y bronceadores que miman
la piel ansiosa de
exhibirse.
Son unturas encadenadas
que acarician, que tuestan,
que se repiten una y otra
vez
bajo el regusto del tacto
propio o ajeno,
son recatos lascivos
y las más de las veces
intención provocada en medio
de una multitud heterogénea
que mira sin interés y otras
muchas veces con deseo.
Es el tirante que se cae sin
tropiezo
pensando en el escote
nocturno,
es broche que se desabrocha
y es vuelta y vuelta y
revuelta,
ahora de espaldas evitando
marcas,
ahora boca arriba tapando
lo imposible de las
turgencias
que quieren asomarse al
balcón.
Muchos son los altares móviles
que pasean el palmito
por la orilla del agua
y anotan mentalmente
el número de miradas
acaparadas;
son cuerpos, son cremas, son
piel
en el apacible tostadero
tantas veces admirados o
ignorados.
'...Nadie más, sólo tú y yo bajo esa luz de luna que me lleva de vuelta al lugar que conozco en la playa. Para siempre en mis sueños mi corazón estará colgado en esta melodía dulce. Un día de deseo extraño. Y una noche que ardió como fuego, que me lleva de vuelta al lugar que conozco en la playa'
ResponderEliminarAaauuuu...
Evidentemente somos cómplices y tenemos nuestras confidencias; ahora es posible que alguien entre en averiguaciones, pero guardaremos silencio y de ello construiremos algo nuestro.
EliminarJajajaja.
Ahora por aquí, ahora por allá, vuelta "pacá", vuelta "pallá", ahora "palagua", ahora "pafuera"... y entre un "pacá" y un "pallá" se pasa la jornada de playa.
ResponderEliminarOye Francisco, ése de la foto no serás tú ¿verdad?
Un abrazo Fco.
Sólo por la duda te mereces un beso, Elena. A mis 20 años no tenía mala figura, bastante deportista... me me ha sobrepasado una ola de 48 metros por encima.
EliminarUn beso.
ResponderEliminarLos que cultivan el exterior y encuentran la gran pasarela de la playa...
Con frecuencia allí escasean las conversaciones, creo que por tener tiempo para el intelecto.
Besos muy sonoros, amigo
tRamos
En la playa se ve de todo: gente que se inhibe de todo y lee con fruición, otros que juegan con los niños, otros que se adormecen bajo el sol, pero algunos bastantes convierten la playa (hombre y mujeres) en una pasarela de posturitas.
EliminarBesos.
Curiosamente algunos de los que se tuestan al sol en la playa, en la ciudad, si es necesario, te empujan de la acera para buscar la sombra ¿…?
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja. José, tienes muchísima razón. Esas son las contradicciones que tenemos las personas.
EliminarUn abrazo.
Y quién no tuvo 18 abriles y un cuerpo joven y todo un verano para disfrutar de esa edad y de los "eventuales amores-playeros- para- toda- la -vida" que a la vuelta del otoño quedaron en nada.
ResponderEliminarUn saludo
Es verdad, yo mismo podría hablar de esas experiencias, pero hay silencios muy oportunos.
EliminarUn abrazo.
Mmmmmm estooooo .... ¡ el cuerpazo de la Foto! en fin, no sigo porque ... Es cierto hay un enorme culto al cuerpo y los@s que tienen un buen cuerpo lo lucen con orgullo sobre todo en la playa que es dónde más pendiente está la gente de los/as que pasan luciendo palmito y como dice Tramos Romero alli escasean las conversaciones y se le " da más al ojo" . La gente va a disfrutar del agua , de la arena , del relax y de las vacaciones , "desconectan" dentro de lo posible.
ResponderEliminarUn abrazo grandote , Francisco
Efectivamente, Charo, son pocas las opciones playeras y la de mirar y mirarse es una de las más destacadas.
EliminarBesos.
Mientras más fachada menos mente. Este lo pasamos a sección de "Marinos de humor"
ResponderEliminarBesos, sin tanto tueste. Jajaja.
Eso está bien, Sara, lo has dicho muy divertido.
EliminarBesos sin tostar.
Para los jóvenes , la playa es un lugar de desfile . Mostrar y mostrar ... Tampoco está mal . Mientras no haya excesos, todo bien ...
ResponderEliminarApapachos.
Hay excesos, María del Carmen, muchos excesos. Pero allá cada cual.
EliminarApapachos.