La inmensa masa azul
ha desvaído el color intenso
y ha virado a gris
con imprecaciones
espumeantes
de superficie nacarada.
El viento es generador
de esta agitación
tempestuosa
donde un mercante es cáscara
de nuez,
hoja otoñal demacrada y
triste,
al pairo de las olas,
como danzarín enloquecido
cuya música ha trocado
acordes
por clave de lo estruendoso.
Cordilleras de agua
encrespada,
vientos atravesados y
contrarios
las más veces;
el horizonte está oculto
tras montañas encadenadas de
agua,
que son luto cuando no toda
la marinería está en puerto.
El mar, es la mar de bravo,
mucho más de lo imaginable.
Una divinura. Voy a confesarte algo, españolito. Sabes que sueño con el mar . pero siempre lo sueño en tempestad. Y ahora en tus letras adiviné por qué. uno de tus versos me lo dijo:
ResponderEliminar..."una agitación tempestuosa "... así son mis emociones . Es mi naturaleza , por eso
tengo esa obsesión con el mar . nunca lo veo con las aguas mansas
" cordillera de aguas encrespadas "..."vientos atravesados y contrarios "...
Aún sin verlo, yo sé que es así. También tendrá sus días de quietud, me lo imagino.
Has bordado este mar bravío con tal maestría que lo ví y lo sentí. Gracias por el gozo.
Apapachos.
Cuando voy a la playa, me gusta que el mar esté algo movido, que haya olas con las que poder jugar, aunque eso corresponde a otro tiempo; pero el mar que tengo en mi mente es un mar azul y sereno que se contrasta en la línea del horizonte con el cielo.
EliminarTú no eres una agitación tempestuosa, pero a veces eres un tsunami, si bien no últimamente. Jajaja.
Deja a los psicólogos averiguar y no te adjudiques unas condiciones que seguramente no son acertadas. Eres una persona muy afectiva que está herida allá donde más duele, y en esas condiciones no es fácil estar y sentir en calma. Gracias por tu comentario.
Apapachos.
Al mar hay que tenerle admiración y demasiado respeto... por eso, porque es más de lo imaginable.
ResponderEliminarUn gran abrazo, poeta amigo.
Tienes razón, Sara. En el mar, todo el respeto es poco. No hay que ir con miedo, pero sí ser muy cauteloso.
EliminarBesos.
Temo más a la ira del agua que a la del fuego.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues no te falta razón, ya que la del agua es incontenible.
EliminarUn abrazo.
Proceloso mar que llamaba Homero
ResponderEliminarUn muy preciso adjetivo el del maestro.
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